En el país hay una amplia gama de estrategias, pero poca coordinación nacional. En el estado de Luisiana, muy afectado por el virus, apenas 70 personas trabajan en la búsqueda de contactos. En comparación, Dakota del Norte, donde no hay brotes graves, 250 investigadores trabajan en la búsqueda de casos.

Créditos: El Universo

A medida que más estados de Estados Unidos presionan para reanudar su actividad económica, muchos no están cumpliendo con uno de los criterios esenciales del gobierno federal para hacerlo: tener un sistema eficiente que permita rastrear a las personas que han estado físicamente cerca de un enfermo de COVID-19.

Una revisión de The Associated Press encontró una gran cantidad de sistemas en todo el país para efectuar el llamado rastreo de contactos. De la revisión se desprende que muchos estados no han sido capaces de hacer el seguimiento de los enfermos o de contratar y capacitar a suficientes personas para manejar la tarea en los próximos meses. El esfuerzo es mucho menor de lo que según los expertos en salud pública es necesario para evitar un repunte en la curva de contagios del virus.

Como resultado, hay una amplia gama de estrategias, pero poca coordinación nacional. Con pocas excepciones, la mayoría de los estados revisados por AP están haciendo la lucha por sí solos, sin la ayuda federal. Muchos otros países que luchan contra la pandemia están adoptando un enfoque nacional para realizar las pruebas de coronavirus.

Hasta el viernes, el sitio web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) indicaba que la orientación detallada sobre el rastreo de contactos para los estados era “aproximada”.

“Nunca controlaremos todo el país a menos que tengamos la misma estrategia”, dijo el doctor Cyrus Shahpar, un exfuncionario de los CDC. “En este momento, no estamos haciendo eso”.

El rastreo de contactos es un pilar en el control de infecciones y, por lo general, requiere entrevistas en profundidad con quienes pueden haber estado expuestos a contagio. El número de empleados de salud pública necesarios para el trabajo en Estados Unidos sigue bajo debate, pero algunos calculan que son necesarias hasta 300 000 personas.

El estado de Luisiana, muy afectado por el virus, apenas tenía unas 70 personas trabajando en la búsqueda de contactos esta semana. En comparación, Dakota del Norte, con menos de una quinta parte de la población de Luisiana y sin brotes graves, tiene 250 investigadores de casos y pronto traerá a 172 empleados adicionales.

Los expertos en salud temen que un enfoque disperso solo prolongará la crisis y han pedido que haya una estrategia más coordinada. En Corea del Sur, por ejemplo, la agencia nacional de salud supervisa la lucha contra la pandemia, reuniendo y compartiendo datos sobre el movimiento de casos confirmados con los departamentos de salud locales. El país ha visto caer su recuento de casos y el número sigue siendo bajo.

Fuente: El Universo – Nota Original: aquí