Prácticas semifeudales, discriminatorias y xenófobas hacia las trabajadoras remuneradas del hogar en Ecuador, la falta de registro y el incumplimiento laboral por parte de empleadores siguen siendo frecuentes en Ecuador, denuncia un estudio difundido hoy.

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Titulado «Situación del trabajo remunerado del hogar en Ecuador», y elaborado por lar organización Care y el Observatorio Social del Ecuador, pone de relieve que el trabajo remunerado en el hogar (TRH) sigue marcado por relaciones patriarcales, machistas y violentas, así como por discriminación social, étnica, xenofóbica y económica.

«Este estudio tiene dos conclusiones: la principal es el subregistro del número de TRH que hay en los diferentes instrumentos estadísticos que manejamos en el país», refirió a Efe Alexandra Moncada, directora de Care en Ecuador.

En ese sentido, destaca los registros del censo de población y vivienda que indican que en Ecuador hay aproximadamente 220.000 personas de TRH y que chocan con las cifras del Ministerio de Trabajo, que las cuantifican en 60.000.

Para Moncada, esta diferencia de cifras «significa también brechas en el cumplimiento de contratos, acceso a la seguridad social, pago de jubilación, vacaciones, cumplimiento de jornadas laborales, sueldo básico».

Y como segunda conclusión, el estudio arroja luz sobre escalofriantes testimonios que dan cuenta de la existencia y persistencia «en Ecuador de unas prácticas semifeudales, colonialistas de mirar al trabajo remunerado del hogar como no trabajo».

La responsable de la organización autora del estudio destacó en una ponencia desarrollada hoy en el Banco Central de Ecuador que el porcentaje de trabajadoras del ramo decreció del 3,5 % en 2008 al 2,5 % en 2017, una tendencia que ha ido de la mano de unas condiciones que siguen siendo muy precarias.

Alertó asimismo de la situación de especial vulnerabilidad de las empleadas inmigrantes que acceden a estos trabajos, muchas de ellas venezolanas y que llegan a cobrar sueldos de apenas 100 dólares al mes.

Muchas de ellas afrontan situaciones de semiesclavitud, con salarios no reconocidos y muy bajos, y en ocasiones son extorsionadas al reclamar derechos bajo amenazas por parte de sus patronos de denunciar su situación migratoria irregular, agregó.

La investigación apunta además a situaciones de trata y explotación infantil y menores que comienzan a trabajar con apenas 6 años.

«Niñas pequeñas de comunidades indígenas o rurales son llevadas a las ciudades sin documentos, sin información, y se las mantiene en las casas haciendo prácticamente labores de servidumbre», denunció.

Lenny Quiroz, secretaria general de la Unión Nacional de Trabajadoras del Hogar y Afines (Untha), que recientemente adquirió personería jurídica tras una larga batalla, se quejó de que las inspecciones laborales aún no son efectivas y que los inspectores desconocen la legislación específica y convenios nacionales e internacionales suscritos por Ecuador.

Un estudio elaborado por Care en cinco países de la región apunta a que 8 de cada 10 trabajadoras del hogar en Latinoamérica dicen haber sido víctimas de algún tipo de violencia en su lugar de trabajo y que las mujeres representan alrededor del 95 por ciento de la fuerza laboral doméstica del continente, donde suman un total de 19 millones.

La responsable de ONU Mujeres en Ecuador, Bibiana Aído, recalcó a Efe que «en el caso de las TRH vemos que se da la intersección de diferentes tipos de violencia y discriminaciones cruzadas como el clasismo, racismo, el machismo y hay que abordarlo de manera conjunta».

Fuente: EFE, aliado estratégico de FM Mundo