Una potente explosión en un taller de juegos pirotécnicos dejó al menos 24 muertos y 49 heridos, entre ellos bomberos y policías que acudieron a atender la emergencia en Tultepec, un municipio del centro de México que se dedica a la fabricación artesanal de cohetes.

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Esta tragedia reabre las heridas que dejó en la comunidad la explosión de su principal mercado de pirotecnia en 2016, cuando murieron 42 personas.

El bombazo de este 5 de julio cubrió con una gran nube blanca la zona de verdes campos agrícolas donde se sitúan los talleres que fabrican los fuegos artificiales más grandes y que son exhibidos cada marzo en la feria de Tultepec, en el estado de México. «Se tiene registro de 24 personas fallecidas, 17 en el lugar de los hechos y siete en hospitales», entre ellos un menor de edad, indicó un comunicado de la fiscalía local, que hasta el momento recuenta 49 lesionados que fueron trasladados a diversos hospitales.

Entre los fallecidos hay al menos cuatro bomberos y cinco policías, precisó junto al taller calcinado Maribel Cervantes, secretaria estatal de Seguridad Pública. Después de la «primera explosión, llegaron los servicios de emergencia (…) y es por eso que cuando estaban prestando los primeros auxilios se registra la segunda explosión y pierden la vida y resultan lesionados los compañeros nuestros», explicó.

Las actividades en los talleres de la zona fueron suspendidas tras el despliegue de cientos de soldados y policías que peinaban el terreno, dentro de un cerco de seguridad hecho con cintas amarillas.

El presidente Enrique Peña Nieto lamentó los hechos e Twitter: «Envío mis condolencias a las familias de los fallecidos y deseo pronta recuperación a quienes resultaron lesionados».

Apenas el 6 de junio pasado, un estallido dejó siete muertos en Tultepec, aunque el más dramático ocurrió el 20 de diciembre de 2016, cuando una explosión en el principal mercado de pirotecnia dejó 42 muertos. Un agente policial en la zona de desastre dijo que quienes se dedican a la pirotecnia no miden las consecuencias de su labor. (I)

 

Fuente: El Telégrafo