“Yo hablo por mi experiencia, crecí sin padres (...) y tuve una vida complicada por esta carencia, yo hubiese preferido, independientemente que sea o no LGBTI, tener dos mamás o dos papás a no haber tenido ninguno”.

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El comentario es de Andrea Bravo, que se identifica como ‘trans femenina lesbiana’, que el pasado martes se reunió, junto con otros miembros de la comunidad LGBTI, con el presidente de laCorte Constitucional (CC), Alfredo Ruiz. Tras el encuentro, el magistrado dijo que iba a transmitir al pleno del organismo sobre la visita de estos grupos.

El matrimonio igualitario y la adopción son dos de los temas que más le interesan a Bravo, del Observatorio Antiacoso Callejero Ecuador, y a otros miembros de colectivos LGBTI que empiezan a acercarse a la CC ante lo que califican como “logros” alcanzados con la sentencia emitida en mayo pasado por este organismo, y que dio paso a que dos ciudadanas inglesas puedan registrar a una menor con los apellidos de las “dos madres”.

El caso ‘Satya’, como se lo conoce públicamente, es emblemático para esta comunidad porque la CC, luego de seis años de trámite, consideró, entre otros criterios, la opinión consultiva OC 24/17 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos solicitada por Costa Rica sobre identidad de género, e igualdad y no discriminación a parejas del mismo sexo.

El 29 de mayo pasado, la Corte dispuso al Registro Civil la inscripción como ecuatoriana de la niña Satya “manteniendo sus nombres, apellidos y reconociendo su ‘filiación’ como hija de Helen Louise Bicknell y de Nicolas Susan Rothon, sus madres”.