Trabajadores y empresarios ecuatorianos coinciden en que la propuesta hecha por el gobierno del presidente Rafael Correa, de flexibilizar la jornada laboral, previo a un acuerdo entre las partes, sería la mejor opción para proteger el empleo en los diferentes sectores del país.

El mandatario hizo el anuncio el sábado pasado durante su rendición semanal de cuentas. Ahí explicó que se trata de proteger el empleo con medidas flexibles para los empleadores, lo cual no significa que esté ligada a la baja de salarios o explotación del trabajador.

La propuesta está siendo analizada

Liliana Durán, vicepresidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), precisó que las condiciones económicas actuales, “lo fundamental es sostener la plaza de trabajo, todo lo que se está planteando es precisamente con la finalidad de dar posibilidad a las personas que están desempleadas a acceder a determinada cantidad de recursos”.

La propuesta del gobierno busca proteger a los trabajadores y mantener los puestos de trabajo dada la situación económica que enfrenta el país debido a la caída en los precios del petróleo y la apreciación del dólar.

“Estamos pasando por un momento bastante difícil y el presidente y el Ministro de Trabajo con responsabilidad están buscando los caminos para ir aplacando la situación de desempleo porque ciertamente hay algunas empresas que ya no tienen posibilidad de dar más y están despidiendo progresivamente a sus trabajadores”, señaló Durán en entrevista con Andes.

Aclaró que la medida debería ser provisional “hasta poder salir de este apuro en el que nos encontramos y en el momento en que se supere esta situación vamos a regresar a los estatus anteriores”.

Con ese criterio coincide Fausto Cayambe, miembro de la Comisión de los Trabajadores de la Asamblea Nacional, quien aclaro que se trataría de un “ajuste temporal” de la jornada laboral, con un previo acuerdo de las partes, “para que no se caiga en la precarización laboral”.

El legislador aclaró que la medida ya se ha aplicado en otras partes del mundo y ha tenido efectos positivos. “Todas las medidas son necesarias porque hay que cuidar el empleo pero sin caer en la precarización laboral, creo que este ajuste temporal puede ayudar a mejorar las condiciones del empleo”, manifestó.

Según explicó el presidente Correa, el ajuste laboral se plantea con tres condiciones: que sea temporal, que tenga previo acuerdo entre las partes y que no se declaren utilidades antes que los trabajadores hayan cumplido sus ocho horas de trabajo, es decir, que se reparta el esfuerzo del capital.

Para los empresarios la medida también es positiva.  Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito, señaló que de adoptarse la disposición “salva empleos”, puesto que “el reparto laboral es la solución”. Y aseguró que “con menos horas de trabajo, más gente puede ser empleada”.

Una de las preocupaciones del sector laboral es que la medida se haya adoptado para que el gobierno “ratifique sus acuerdos con los empresarios”, al respecto Alarcón aclaró que el único fin es del “frenar el desempleo creciente”.

Según José Villavicencio, de la Unidad General de Trabajadores de Ecuador (UGTE), organización opuesta al régimen,  esta sería una política del gobierno para ratificar sus acuerdos con los empresarios. Según él, la medida “no va a mermar el tema de despidos”, sino que dice se afecta a la estabilidad laboral y otros temas como contratación colectiva, y jubilación patronal.

El Ministerio de Trabaja ultima la propuesta en coordinación con los sectores involucrados para garantizar que se mantengan los beneficios actuales de los trabajadores.  Una vez consensuado el documento será enviado a la Asamblea.