El 5 de febrero el Ecuador acudirá a las urnas para elegir nuevas autoridades seccionales, consejeros de Participación Ciudadana y Control Social, y también para pronunciarse frente a la consulta popular impulsada por el presidente de la República, Guillermo Lasso. Esto en medio de una intensa polarización política que mantiene dividido al país, entre los "patriotas" que apoyarán el referendo y los "conspiradores" que promueven el crimen organizado.

En Decisión Ecuador 2023, Alberto Acosta, expresidente de la Asamblea Constituyente, explicó que su rechazo a las 8 preguntas de la consulta popular se da luego de un minucioso análisis del contenido y, sobre todo, por haberse alejado de su objetivo central, que era velar por la seguridad ciudadana, el medio ambiente y el fortalecimiento de la democracia. «Ninguna de las preguntas cumple con estos objetivos», aseguró.

Acosta afirmó que el presidente Guillermo Lasso no tiene interés en que se discuta el contenido de las preguntas, «porque ni él las entiende, debido a su complejidad», sino que lo que estaría buscando es un espaldarazo a su gestión, apoyado en el mensaje de que quien respalda la consulta es «bueno» y quien no lo hace, «malo».

En cuanto a la primera pregunta de la consulta, que propone la extradición de ecuatorianos que hayan cometido delitos relacionados con el crimen organizado, Acosta insistió en que la medida no ayudará a mejorar la situación, pues para que se haga efectivo el proceso debe existir un país que lo requiera, y en ningún caso actuar de oficio para la expulsión de un ciudadano. «Con esta pregunta estamos cometiendo un error muy grave, porque lo de fondo es fortalecer la justicia y no declarar que somos incapaces de tener una justicia independiente y autónoma», apuntó.

Respecto a la segunda pregunta, que pretende garantizar la autonomía de la Fiscalía General del Estado para la evaluación, ascenso y sanción a sus funcionarios, por medio de un Consejo Fiscal, Acosta negó que esto sea real. Indicó que, en caso de que triunfe la pregunta, será la propia Fiscalía la que conforme el Consejo, por lo que la considera «un saludo a la bandera», ya que no asegurará una real independencia del Ministerio Público.

Asimismo, respecto de la tercera pregunta, que pretende reducir el número de asambleístas, explicó que la cantidad no refleja la calidad, por lo que no cree que esto solucione el problema de gobernabilidad que tiene el país y que se puedan tramitar leyes urgentes que permanecen estancadas debido a las pugnas que existen en ese poder del Estado.

De su lado, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, rechazó que el Gobierno esté buscando un impulso político con la consulta popular, y aseveró que esa es una práctica de la «vieja política», donde lo que se hacía era en función de lo que el gobernante deseaba. Desde su punto de vista, existe ahora una «sofisticación» de la política, que no permite razonar las cosas en los términos expuestos por Acosta.

Asimismo, defendió la legitimidad de las preguntas planteadas y enfatizó en que estas no fueron producto de la creatividad del Presidente, sino que obedecen a preocupaciones latentes de la sociedad ecuatoriana. Si bien reconoció que la pregunta sobre la extradición no será la cura contra el crimen organizado, señaló que es una herramienta de colaboración internacional para combatir este problema. «Por sí sola, no representa una representación completa, ayuda muchísimo y desincentiva las actividades criminales», añadió.

Por otro parte, Jiménez recordó que al momento la autonomía de la Fiscalía está planteada de forma parcial en la constitución, pues el Consejo de la Judicatura es el que decide los temas presupuestarios y administrativos, por ejemplo, en la designación de fiscales. «El resultado de eso es un déficit de 602 fiscales en el país, lo que contribuye a la mala administración de la justicia», expuso el Ministro.

Frente a la posibilidad de que triunfe el «NO» en la consulta popular, aseguró que el Gobierno ha estado «bajo acoso» desde el primer día, pero se mostró expectante del apoyo ciudadano que recibirá el referendo. «Nosotros seguiremos implementando nuestra hoja de ruta, diferente al populismo y de la voluntad de intentar perennizarse en el poder», sentenció.

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