Grunseg empezó con una computadora y dos personas monitoreando alarmas, recuerda Ernesto. Pero hoy en día es una empresa que ha ido creciendo sostenidamente, sobre la base de muchos clientes que se sienten seguros de su servicio, algo que le ha permitido a esta empresa permanecer en el tiempo.

© Fernanda Le Marie

Ernesto Grunauer Solines es un ingeniero comercial que tiene una maestría en Seguridad y Salud Ocupacional de la Universidad Sek. Fue capitán de las Fuerzas Especiales del Ejército. Trabajó por muchos años en la empresa Philip Morris Internacional, como gerente de seguridad corporativa.

Dentro de su ámbito de experiencia, se capacitó en el tema durante muchos años y hace 14 fundó Grunseg, una empresa dedicada a la seguridad privada; física (guardias, escoltas, transporte de mercadería, canes); electrónica (cercas, cámaras, alarmas, sensores, sistemas GPS); y seguridad industrial (empresa y salud ocupacional). En Grunseg también se ofrece el servicio de polígrafo o detector de mentiras, una prueba por la que todos sus guardias deben pasar como una forma de garantizar la integridad de sus clientes.

Grunseg empezó con una computadora y dos personas monitoreando alarmas, recuerda Ernesto. Pero hoy en día es una empresa que ha ido creciendo sostenidamente, sobre la base de muchos clientes que se sienten seguros de su servicio, algo que le ha permitido a esta empresa permanecer en el tiempo. Actualmente, tiene alrededor de 250 empleados; la mayoría de ellos, guardias profesionales que trabajan bajo contrato, que reciben horas extras, que tienen seguro de vida y de accidentes. “Todos los guardias hacen un curso de profesionalización y se califican para dar el servicio. Están certificados y avalados; tienen conocimiento, capacitación sobre el manejo de armas”, comenta Ernesto.

La empresa entrega un buen servicio a sus clientes, tiene precios similares a la mayoría del mercado, pero contratarla tiene sus ventajas, como por ejemplo, recibir un servicio personalizado. “En el ámbito de seguridad existen empresas poco serias que ofrecen su servicio muy barato. Yo aconsejo siempre no abaratar costos en seguridad. Cuando supuestamente se ahorra en los costos es probable que se pierda mucho más en un robo o asalto”, argumenta.

Y es que por lo general, donde exista más protección, habrá menos delincuencia, es decir, el delincuente evita el sometimiento e ir preso. “Hay un alto índice de guardias que son cómplices o que dan información para el cometimiento de un ilícito y, por eso, el polígrafo es importante. De alguna manera sabes quién es el que está afuera cuidando de ti y tu familia”.

Para Ernesto es vital que la gente conozca que por haber sido policía o militar está garantizada la seguridad de una familia. Considera importante separar el concepto de seguridad privada de la gubernamental, y tener claro que no por ser expolicía o exmilitar se sabe de seguridad privada.

Es necesario comprender que la seguridad no es reactiva, sino proactiva y que por eso el entrenamiento del guardia es importante, pues le permite hacer un análisis de riesgo del lugar. “Los guardias profesionales deben analizar avenidas de aproximación, lugares vulnerables, puestos por donde se puede violar un espacio”. Esa es  la diferencia entre un servicio improvisado y uno profesional.

Según Grunauer, la policía y los medios gubernamentales no son suficientes para precautelar la integridad física y los bienes de la mayoría de ciudadanos y, por ello, es importante contratar gente que se dedique a cuidar nuestros bienes. “La seguridad es un sentimiento; te sientes tranquilo o no. Puedes tener 50 guardias que si no te sientes tranquilo no sirve de nada. Debes llegar a tu casa y saber que nadie va a entrar, que nadie te va a secuestrar, que nadie te va a asaltar. La seguridad debe darte paz”.