El laboratorio estaba en medio de las montañas de Nariño, en Colombia. La extensa vegetación rodeaba todo el complejo en donde se procesaba y se empaquetaba la cocaína.

El Telégrafo

Un estrecho camino de piedras era el único acceso. Su operación estaba a cargo de unos 20 miembros del grupo armado Óliver Sinisterra. Tras su desmantelamiento, realizado el domingo pasado en Tumaco, las investigaciones han determinado que para el funcionamiento de este laboratorio existía una extensa red de colaboradores.

A esa conclusión se llegó porque ahí se encontraron víveres, prendas de vestir, botas de caucho, cilindros de gas, recipientes de plásticos, utensilios de uso doméstico, etc. Pero, ¿cómo llegan esos insumos a la selva colombiana? Este Diario conversó con militares de Colombia, quienes cuentan que el grupo narcodelictivo tiene redes de abastecimiento en todo Nariño. Los víveres, por ejemplo, se obtienen en locales comerciales de Tumaco (Colombia) y San Lorenzo, en territorio ecuatoriano.

Esta tarea se delega a decenas de pobladores, quienes “hacen el mercado” en pequeñas tiendas asentadas en el límite de los dos países. Allí se recolecta la comida, junto a cargamentos de medicinas, licores, botas y cilindros de gas. Los datos de los militares coinciden con la versión de un lanchero que colaboraba con la guerrilla de las FARC.

En su relato, que desde junio pasado consta en la Fiscalía de Ecuador, se indica que el jefe de los disidentes, alias ‘Guacho’, usa los pequeños negocios no solo para abastecerse de víveres, sino también para almacenar armas, chalecos antibalas, radios y otros equipos. Según el exmiliciano, las tiendas están en los sectores colombianos de Palo Seco, Puerto Rico, la Playa y Vallenato, puntos en donde la agrupación armada tiene injerencia.

El exarmado señala que para el traslado de insumos se usan vías fluviales como el río Mataje, cerca del Pacífico, y que su ingreso es por la localidad llamada el Chontal. “Es difícil establecer a las personas a que les llevan (los víveres) a esos sectores, ya que pagan a cualquiera para que traslade el mercado y sea entregado en un sitio específico”.

Toda la logística es financiada por narcos que viven en Guayacana y Llorente, dos sectores de Tumaco. Uno de ellos es alias ‘Don Omar’, quien tiene una lancha en la que se trasladan los insumos para los campamentos que están cerca de los laboratorios y cocinas clandestinas.