El presidente francés, François Hollande, rompió hoy su silencio sobre la campaña electoral del país, en la que no opta a la reelección, para alertar del ascenso de los extremismos y considerar que hay demasiados casos de corrupción.

«Esta campaña huele mal», aseguró el presidente en privado, según revelan varios medios franceses, que consideran que el jefe del Estado socialista está preocupado por el ascenso de los candidatos más radicales ante las elecciones del próximo día 23.

En las últimas semanas, señala el vespertino «Le Monde», Hollande está preocupado en especial por la subida en la intención de voto del izquierdista Jean-Luc Mélenchon y cree que en la campaña hay «más emoción» que «razón».

«Existe el peligro frente a las simplificaciones y las falsificaciones de que veamos el espectáculo del tribuno más que el contenido de sus textos», indicó el presidente en una entrevista que mañana publicará el semanario «Le Point».

Hollande reconoce que los franceses muestran voluntad de ir en contra de los favoritos, como se ha demostrado en las primarias de la izquierda y la derecha, lo que puede explicar «la moda Mélenchon», en su opinión.

El jefe del Estado evita pedir el voto para ningún candidato, incluido el de su partido, el socialista Benoît Hamon.

Asegura que confía «en la inteligencia de los franceses» a la hora de la verdad, pero deja ciertas señales en favor del socioliberal Emmanuel Macron, cuya apuesta considera «al menos audaz».

Al tiempo, asegura que «la vida política (francesa) necesita renovación» y el que fuera su ministro de Economía entre 2014 y 2016 es el más joven de los candidato y el que menos trayectoria política tiene.

Las elecciones presidenciales francesas se celebrarán el día 23, en primera vuelta, y el 7 de mayo, en segunda ronda.