Irán, Arabia Saudita, Irak, Jordania y otros países más, muchos de ellos enemigos entre sí, celebraron este una cumbre con la que Bagdad intentaba consolidar su vuelta a la escena diplomática regional.

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Las delegaciones de Irak y otros países se reunieron - Créditos: Agencia AFP

Irán y Arabia Saudita rompieron relaciones diplomáticas en 2016. Teherán apoya al gobierno sirio contra la oposición, respaldada por Riad y Ankara, mientras que Jordania es aliada de Estados Unidos, archienemigo de Irán. Sin embargo, el sábado, responsable de todos esos países, así como de Kuwait e Irak, se sentaron en la misma mesa.

A la reunión de jefes de Parlamento, organizada bajo el lema «La estabilidad y el desarrollo de Irak«, los seis países invitados enviaron al dirigente de su Asamblea legislativa, excepto en el caso de Irán, que estuvo representado por un diputado, un exjefe de comisión parlamentaria.

Todos pronunciaron discursos reclamando la estabilidad de Irak y su reconstrucción para reimpulsar la economía, muy debilitada tras varias guerras ocurridas desde hace cuatro décadas en ese país, segundo productor de la OPEP.

Los enviados instaron a Bagdad -atrapado entre sus aliados estadounidense e iraní- que «mantenga relaciones de buena vecindad con todos» y rechace «las interferencias», en un país en el que los políticos se acusan mutuamente de ser leales a Estados con intereses opuestos: Irán, Estados Unidos, Turquía o Arabia Saudita.

También afirmaron «apoyar la reconstrucción y el desarrollo» de Irak, «animando las inversiones». Sin embargo, los 30.000 millones de dólares en inversiones prometidas a principios de 2018 en una conferencia en Kuwait todavía no han llegado.

Fuente: El Universo – Nota Original: LINK