El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, acudió este viernes ante la fiscal provincial del Guayas, Patricia Morejón, para solicitarle que indague sobre su supuesta vinculación con pagos ilegales por parte de Odebrecht entre 1989 y 1992.

Anoche Nebot negó las versiones emitidas en redes sociales que lo vinculan a coimas entregadas por la constructora brasileña por el proyecto trasvase Santa Elena.

No todos los medios pudieron ingresar hasta la oficina de la fiscal, pero el alcalde a su salida explicó que no llegó allí por razones judiciales sino «éticas». » Le he dicho (a la fiscal) que estoy a su disposición, que actúe con toda libertad dentro de la ley», apuntó Nebot. Reiteró que no tiene ni ha tenido vinculación alguna en ese asunto». «En mi vida siempre he actuado correctamente. No debo nada, no temo nada, no corro, lo que es más, ahora voy por ellos», enfatizó al referirse a quienes supuestamente le han calumniado.

El burgomaestre enfatizó que este es un caso judicial, por lo que «no voy a hacer política ni circo. Tengo que velar para que quienes han delinquido a cualquier título, de autores intelectuales, autores físicos y cómplices en este asunto -han delinquido porque me han imputado falsamente un delito- sean juzgados y vayan tarde o temprano a la cárcel».

Informó que a partir de la próxima semana iniciará una serie de diligencias preparatorias y «a través de ellas voy a llegar hasta el final, todos los que aquí hayan tenido algún tipo de participación, todos van a entrar en este asunto, contra todos voy a ir con la ley en la mano, yo no persigo a nadie, pero con mi honor no juega nadie y menos gente inmoral que no tiene honor y que no sabe hacer política decente».

Hasta la oficina de la fiscal, en el edificio La Merced, centro de Guayaquil, llegaron también el concejal Leopoldo Baquerizo, la vicealcaldesa de Guayaquil, Doménica Tabacchi, y la candidata a asambleísta Éricka Poveda. Desde tempranas horas en la mañana, decenas de simpatizantes llegaron hasta los bajos de la Fiscalía para mostrar su apoyo al alcalde, entre ellos comerciantes del Mercado Central y habitantes de la cooperativa Sergio Toral.

Hasta el sitio para resguardar el orden también llegaron alrededor de 75 policías; mientras que efectivos de la Agencia de Tránsito Municipal (ATM) se apostaron en las intersecciones de las calles para controlar el flujo vehicular y orientar a los conductores.