Este 2017 fue un año marcado por escándalos de corrupción a escala mundial. Pero Ecuador fue testigo en primer plano de la trama de sobornos de Odebrecht con un Vicepresidente sentenciado a 6 años de reclusión menor por el delito de asociación ilícita.

La política ecuatoriana se vio afectada por uno de los mayores escándalos de corrupción de toda la historia y tuvo como protagonista al vicepresidente de la República Jorge Glas.  Él, junto a su tío Ricardo Rivera, fue acusado de recibir coimas de la empresa de construcción brasileña a cambio de obras en el país gracias a su coordinación de los sectores estratégicos, una cartera creada en el Gobierno de Rafael Correa, en 2011.

La Fiscalía General del Estado abrió entonces, en el segundo semestre del año, un expediente en su contra por irregularidades en contratos petroleros de 2011.

Desde entonces comenzó un vía crucis para Glas Espinel. Debió asistir a audiencias en la Fiscalía, a rendir su versión en el Pleno de la Asamblea Nacional. Asimismo se enajenaron sus bienes, congelaron sus cuentas y prohibieron su salida del país.

El Segundo Mandatario aseguró ser inocente y argumentó que no existían pruebas en su contra.

Además sostuvo enfáticamente que no renunciaría a su cargo. Por ello, el presidente de la República Lenín Moreno retiro, mediante Decreto Ejecutivo, las funciones de Glas y nombró a María Alejandra Vicuña como vicepresidenta encargada.

La Contraloría General del Estado notificó la sanción de destitución del cargo y le impuso una multa de 5.840 dólares por haber sido parte del Comité de licitación hidrocarburífera.

La confesión anticipada del exdirector de Odebrecht en ecuador José Concenciao Santos fue tomada en cuenta como indicio en la investigación del caso. Además, el departamento de Justicia de EEUU, como parte de una asistencia penal internacional, entregó un pen drive en el cual se evidenciaban datos sobre las transferencias de dinero de las coimas.

Tras los días de audiencia, que recibieron apoyos y contraposiciones políticas, el pasado 13 de diciembre se determinó que el Jorge Glas deberá cumplir una condena de seis años de prisión menor por el delito de asociación ilícita y junto a su tío tendrá que pagar de 14 millones de dólares, como reparación al Estado.

Pese a la sentencia, el abogado del Segundo Mandatario, Eduardo Franco Loor mantuvo su discurso de inocencia.

A finales de este mes, Glas anunció en entrevista exclusiva con CNN que demandaría a Ricardo Rivera por tomar su nombre para realizar los contratos con la firma brasileña.

Es la primera vez en la historia del Ecuador, que un Segundo Mandatario sin funciones, es vinculado en casos de corrupción.