La Cámara de Diputados de Brasil inició hoy la sesión en la que sus 513 miembros decidirán si el proceso que puede llevar a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff avanza al Senado o termina en los archivos del Parlamento.

El presidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, declaró la sesión abierta «sobre la protección de Dios y en nombre del pueblo brasileño», en medio de gritos de «Fuera Dilma», coreados por los promotores del proceso, y del «no habrá golpe» del oficialismo.

Cunha pasó la palabra al diputado Jovair Arantes, quien como instructor de una comisión especial que analizó el mérito de las acusaciones se inclinó por recomendar que el proceso continúe.

Arantes tendrá media hora para pronunciarse ante el pleno y luego intervendrán los jefes de los grupos con representación en la Cámara de Diputados, para luego procederse a una votación que se prevé que acabará alrededor de las 21.00 hora local (00.00 GMT del lunes).