Un total de USD 284 000 se requieren al año para mantener el edificio que ocupa la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) en el sector turístico de la Mitad del Mundo, al norte de Quito.

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El monto incluye los gastos de limpieza, revisión de los ascensores y escaleras eléctricas, así como el pago de los servicios de agua potable, energía eléctrica, Internet, telefonía fija y celular. Al mes, las facturas suman unos USD 23 660. La edificación de cuatro pisos permanece semivacía. Los únicos ocupantes son 31 personas, en su mayoría, dedicadas a tareas administrativas: el director de cooperación, la jefa de talento humano, la jefa de la oficina de asesoría jurídica, una secretaria, un conductor… Y pese a que han transcurrido casi dos meses desde que el presidente, Lenín Moreno, anunció que pedirá a la Unasur la devolución del inmueble para instalar allí una universidad intercultural, ninguno de los inquilinos ha recibido hasta ahora un oficio o comunicación sobre esa decisión.

El canciller, José Valencia, ratificó hace una semana que ya se adelantan conversaciones con miembros del organismo para trasladar la sede a otras instalaciones, a una edificación más pequeña, aunque no proporcionó más detalles. Para el expresidente colombiano Ernesto Samper, quien ocupó la Secretaría General de Unasur entre 2014 y 2017, revertir la propiedad del inmueble es algo que “no es posible jurídicamente”. “La única posibilidad de que (el edificio) regresara a manos del Gobierno de Ecuador es que se disolviera la Unasur, que espero no suceda”, indicó a EL COMERCIO. 

Fuente: El Comercio