Han pasado meses, incluso años, viviendo en precarias tiendas, refugios improvisados y caravanas en ruinas al lado de una autopista en el norte de Francia.

CNN

A pesar de todo, de la lluvia, el frío y el barro; del aburrimiento, la ira y el miedo, se mantuvieron con la esperanza de algún día llegar al Reino Unido, a menos de 50 kilómetros a través del Canal de la Mancha.

Pero este lunes, ese sueño llega a su fin para la mayoría de los entre 6.000 y 10.000 migrantes y refugiados que viven en «La Junga» de Calais, ya que las autoridades francesas comenzaron a desmantelar el campamento.

Sus opciones se presentan en un folleto distribuido por voluntarios en la tarde del domingo.

«Todo el mundo que vive en «La Jungla» de Calais tendrá que salir con el fin de ser protegido en uno de los centros franceses de recepción y asesoramiento», se lee en el folleto.

«Usted recibirá la ayuda y la información necesaria sobre los procedimientos que se deben seguir si ha aplicado o desea solicitar asilo.»

El gobierno les ha ofrecido dos opciones: solicitar asilo y pasar a otra zona de Francia, o regresar a sus países de origen.

La noche del domingo, la policía antidisturbios estaban en el lugar. Unos 1.250 policías fueron llamados para evitar problemas durante el desalojo.

«Los servicios de policía se han movilizado en gran número, no para presionarlos, sino para asegurar la zona», dijo el portavoz del Ministerio del Interior francés, Pierre-Henry Brandet.

Los inmigrantes «no serán forzados»

Se espera que miles de inmigrantes recojan sus escasas pertenencias y se dirijan al centro de procesamiento, a pocos pasos del campo, donde se decidirá su destino.

Una vez en el centro, en medio de una zona industrial, se unirán a una de las cuatro filas: migrantes monoparentales, familias, los que se consideran «de riesgo» (personas mayores, enfermos o personas con discapacidad, y mujeres embarazadas) y menores no acompañados.

Luego, dentro de unas carpas, se les pedirá que tomen una decisión: solicitar asilo o volver a sus países de origen.

Aquellos que opten por quedarse en Francia tendrán la opción entre dos regiones.

A continuación, se les entregará una pulsera de señalización, antes de ser trasladados, casi inmediatamente. Habrá 60 autobuses disponibles este lunes, y otros 45 el martes.

Pero Brandet dice que los inmigrantes no se verán obligados a subir a bordo. «Esto se hará de forma voluntaria y no se tomará ninguna medida de coerción hacia los migrantes».

«No podemos obligar a nadie a subir a un autobús e ir a las regiones a las que no quieren ir. Hay que convencerlos, y continuar haciéndolo. Mañana es un día importante, pero esto va a tomar varios días».

El sueño de llegar a Gran Bretaña

Millones de inmigrantes llegaron a Europa, muchos huyendo de los conflictos y el hambre en los países africanos y de la guerra en Siria. La mayoría en La Jungla proviene de Afganistán, Eritrea y Sudán.

Algunos inmigrantes se han negado a abandonar el campamento, que se encuentra en un extremo del Eurotúnel, una ruta directa a Gran Bretaña que muchos han tratado de atravesar arriesgando sus vidas, escondidos en camiones.

En 2015, el operador del Eurotúnel interceptó a 37.000 migrantes intentando entrar al Reino Unido de manera ilegal.

Gran Bretaña es un destino preferido para muchos migrantes. Su economía está mejor que la mayoría de sus homólogos europeos, las tasas de desempleo son bajas y una gran cantidad de ellos tienen al menos un dominio básico de inglés.

Wahid, un afgano de 20 años, lo intentó todo para llegar a Gran Bretaña, pasando por Irán, Turquía, Grecia e Italia antes de llegar a Francia. Ha vivido en La Jungla durante ocho meses.

«Tenía la esperanza de ir a Inglaterra, pero he perdido mi oportunidad. Durante tres meses he intentado esconderme en camiones, pero siempre me encontraban por los escáneres. Me dijeron: ‘Lo sentimos, no hay posibilidad, vuele a La Jungla», contó a CNN.