Minutos antes de que el presidente Lenín Moreno definiera a su antecesor, Rafael Correa, como “un matón de barrio”, durante el Foro América que se celebró ayer en Madrid, un video preparado por su gabinete se mostraba a cerca de 300 empresarios, representantes diplomáticos y autoridades.

Flickr: Presidencia de la república

Este material sobre la “millonaria mentira” del “milagro ecuatoriano” en el que se acusaba al exmandatario de acabar con la inversión, liquidar la libertad de expresión, vulnerar los derechos humanos, polarizar al país o abanderar un Estado corrupto y de propaganda sirvió de introducción a su conferencia ‘Saliendo del abismo’.

Dijo que ahora su gobier no “no solo está cambiando la historia, está escribiendo una mejor historia” y “Ecuador respira democracia, estabilidad y libertad”. E invitó a los empresarios a invertir: “Brindamos seguridad a todos los inversionistas, Ecuador los espera con brazos abiertos”.

En lo político, lamentó el desgaste de la palabra revolución y que el socialismo esté asociado a la corrupción, el autoritarismo o la intolerancia. Mientras él proclama transparencia, en el ‘siniestro’ Gobierno anterior se “ocultaba todo”.

También lamentó, como vicepresidente de Correa, haberse descuidado de los temas económicos y dedicarse solo a las labores sociales que le encomendaron, porque no es cierto que le “dejaron la mesa servida; se llevaron hasta la mesa”.

Ante la posibilidad de que el exmandatario pida asilo en Bélgica, señaló que “tiene el derecho de buscar los mecanismos para defender su libertad”, pero pidió a los países “no intervenir en la justicia ecuatoriana”.

Sobre la situación de Julian Assange, comentó que está buscando con el Gobierno británico una ‘salida’ dialogada para obtener “la garantía de que su vida no corre peligro”. También opinó sobre su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega, del que dijo que “se volvió loco” por el poder en referencia a la crisis en ese país.

Y advirtió que trabajará con el nuevo presidente de Colombia, Iván Duque, para derrotar al narcotráfico, porque en la época de Correa hubo “excesiva permisividad” y la droga circulaba con “absoluta libertad” por la frontera norte.