Una enorme filtración de documentos confidenciales reveló esta semana cómo personas adineradas y poderosas usan los paraísos fiscales para ocultar su riqueza. Once millones de documentos fueron filtrados de una de las compañías más reservadas del mundo, la firma legal panameña Mossack Fonseca.

Y es que jefes militares, políticos, deportistas, cineastas y presidentes en ejercicio conforman la lista de salpicados por el escándalo mundial denominado «Papeles de Panamá», una filtración masiva de documentos que revela la creación de compañías opacas en paraísos fiscales, y que ya ha cobrado la dimisión del primer ministro y líder del Partido Progresista de Islandia, Davíd Gunnlaugsson.

La dimisión de Gunnlaugsson se produjo dos días después de que divulgasen en Internet los llamados «papeles de Panamá» en los que aparecía su nombre y el de su esposa como propietarios de la empresa Wintris en la Islas Vírgenes Británicas, y tras las manifestaciones registradas en la capital islandesa, Reikiavik, pidiendo su salida del poder.

Sin embargo, esta dimisión sería la primera de tantas que se darían. Esto por el inicio y pedido de investigaciones de varios  países y líderes mundiales; entre ellos del presidente de EE.UU., Barack Obama, que advirtió del «gran problema global» de la evasión de impuestos.

De igual forma, el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, anunció que su país ha vuelto a incluir a Panamá en su  lista de paraísos fiscales a raíz de la filtración de documentos que ha desvelado que cientos de personalidades de todo el mundo contrataron los servicios del bufete panameño Mossack Fonseca para crear compañías «offshore» opacas al fisco.

Mientras que el Gobierno panameño respondió que no aceptará que se use al país como «un chivo expiatorio» a raíz de las filtraciones y no descartó aplicar la ley de reciprocidad a las naciones que lo incluyan en listas grises o negras.  Además, lamentó que se le identifique con el escándalo provocado y afirmó que lo lógico sería llamar al tema «The Mossack-Fonseca papers».

Los principales afectados, entre ellos los presidentes Vladimir Putin y Mauricio Macri o el futbolista Lionel Messi, negaron cualquier implicación en el escándalo o minimizaron su alcance. «No tiene ni cuentas ni activos no declarados. No tiene nada que ocultar», aseguró el jefe de Gabinete del Gobierno argentino, Marcos Peña.

El escándalo también salpicó a personalidades de Ecuador. Ante estas denuncias, el presidente de la República, Rafael Correa, aseguró que se revisará «hasta el último» de los datos de los papeles, para conocer quiénes tienen fideicomisos y propiedades en Panamá y quiénes han empleado mecanismos de ese tipo «para evadir impuestos».

Sobre el caso de su primo Pedro Delgado, quien figura en la lista, dijo no tener intención de defenderlo, y añadió que  harán la búsqueda de esos 10,5 millones de datos. “Verán todas las maravillas que van a salir. Verán quiénes tienen los fideicomisos en Panamá y todas sus propiedades para evadir impuestos, verán quiénes tienen las centenas de millones de dólares fuera de la Patria”, enfatizó.

Finalmente, el Ministerio Público panameño anunció que pedirá ayuda internacional para el proceso penal que adelanta y en vista de la «complejidad y extensión sin precedentes de la información que ha sido expuesta a nivel internacional», aplicará todos los instrumentos y técnicas de investigación a su alcance «a fin de agotar la investigación y exigir la responsabilidad penal correspondiente».

Todo esto, mientras uno de los directivos fundadores de la firma panameña de abogados Mossack Fonseca, Ramón Fonseca Mora, señaló que su firma siempre ha actuado apegada a las leyes de las distintas jurisdicciones en la que opera, y resaltó que mayoría de las sociedades que constituye y luego vende no son creadas en Panamá.