Una de las principales motivaciones para tomar la decisión de emprender un negocio propio es conseguir autonomía y libertad económica. Sin embargo, lograrlo no es fácil y en muchos casos no es la mejor decisión.

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Actualmente se motiva al emprendimiento desde universidades, empresas e incubadoras, campañas de gobierno e instituciones financieras, promocionando esta modalidad de trabajo como la mejor vía para no depender de otros y mediante un aprendizaje constante crear una marca y empresa propia.

Abrir una empresa propia requiere de altos niveles de planificación, organización, estrategia, manejo de recursos y tiempo, algo que definitivamente, y según la formación, equipo y experiencia con la que cuente la persona, no es para todos.

En este artículo se hablará de los riesgos del emprendimiento improvisado o tomado a la ligera, en busca de alertar y prevenir a quienes desean emprender sobre los errores o mala interpretación del proceso y también de aportar para la toma de precauciones respectivas en caso de hacerlo.

Freelancers vs. emprendedores

Para iniciar hay que definir claramente qué somos o deseamos ser y hacer: freelancers (trabajadores independientes) o emprendedores, ya que pueden parecer similares en cierto punto, pero son dos enfoques de gestión totalmente diferentes y de su clara definición dependerá nuestra gestión.

Freelancer

• Es un trabajador independiente, que no depende de horarios y genera ingresos con base a su trabajo personal, cobrando una tarifa por hora o por proyecto y que le permite no tener jefes y manejar su tiempo.

• Su crecimiento está limitado al uso que haga del tiempo, ya que todos los ingresos dependen de las horas trabajadas y tarifa de estas, que solo podrá incrementarse en dependencia de factores de especialización, oferta y demanda.

Emprendedor

• Es alguien que invierte dinero de accionistas y propio para crear algo más grande que lo que tenía. Su enfoque está en construir algo replicable, capaz de crecer y esperando venderlo algún día o mantener una fuente de ingresos constante y con relativa facilidad de dirección y administración.

• El emprendedor no debe emplearse o contratarse él mismo. Generalmente caemos en la tentación de contratar a la persona mejor capacitada que cobra el mínimo posible y en muchos casos ni siquiera cobra, esta persona somos nosotros mismos. Si no contratamos a personal con más competencias y capacidad que nosotros, el crecimiento estará limitado al instinto y trabajo mal o nada remunerado de su fundador, contradiciendo el principio de crecimiento y rentabilidad que significa el emprender.

• El emprendedor hace dinero mientras duerme; es decir, el funcionamiento de su negocio no depende de su gestión directa operativa, si depende de esta, estaría trabajando más como independiente que como emprendedor y el modelo es muy diferente como lo hemos podido ver.

Peligros del emprendimiento improvisado

Dejando clara la diferencia entre trabajadores independientes y emprendedores, se presentan algunos consejos para evitar la improvisación al crear un negocio propio:

Incubadoras de startups y promotores

Muchas empresas y profesionales -no todos- que promueven el emprendimiento por medio de seminarios, preparación, incubadoras y otras pueden tener intereses secundarios al hacerlo, sean estos comisiones por créditos o rondas de inversión otorgadas a emprendedores, participación accionaria a cambio de financiamiento inicial integrando venta de servicios del proveedor, y términos contractuales que restan autonomía y limitan el crecimiento del negocio.

Estudiemos siempre la ‘letra pequeña’ de los contratos y ofertas de financiamiento y servicios, relacionados con emprendimiento y no nos dejemos cautivar por empresas y profesionales que insisten más en lanzamientos poco planificados que en estrategias de negocio enfocándose en facilidades de crédito y gestión.

La idea

La idea es la que marca el inicio del emprendimiento y desde la cual se plantea la solución de situaciones de mercado o problemas de clientes potenciales, es también la base de la marca que se crea para cambiar el mundo.

Hay que asegurarse de que sea realista, económica y operativamente viable, y analizar claramente el interés ante esta, mediante estudios e investigación de mercado para validarla y medir soluciones sustitutas actuales y potenciales.

Financiamiento

El financiamiento es uno de los puntos cruciales para el funcionamiento del negocio. Si nos equivocamos en las fuentes que se utilizarán para financiar el emprendimiento terminaremos perdiendo el control de la marca al someternos a grandes intereses o poder de accionistas o inversores. De igual forma, y más peligroso aún, es generar inversión propia que tenga como fuente de sus fondos al patrimonio personal o préstamos familiares, ya que en el peor de los casos se podría perder y afectar relaciones familiares o estabilidad personal.

Cuando se piensa en financiar un negocio se debe planificar bien el destino de los fondos iniciales, que debe estar concentrado primordialmente en activos y no solo en gastos operativos, es decir, en recursos que generen dinero (como maquinaria, tecnología clave, líneas de producción o personal indispensable). También se recomienda gestionar un flujo de caja que soporte los gastos de la empresa por un período de entre seis y doce meses en caso de no contar con pagos efectivos y ventas en este período.

Finalmente, debemos llevar un control claro del flujo de efectivo de la empresa, más aún en entornos en los que los plazos de pago de empresas son extensos y en algunos casos incalculables. Es diferente vender que cobrar y, mientras más diferencia exista en estos plazos, mayor será nuestra necesidad de liquidez o disponibilidad de efectivo para mantener nuestro funcionamiento y operación.

Tiempo

El tiempo o temporada en la que se lanza el negocio es clave para su éxito. Si bien el modelo ‘lean startup’ motiva el lanzamiento rápido de ideas y nuevas soluciones basadas en la experimentación y aprendizaje antes que en la planificación, el momento adecuado de lanzamiento podría marcar el éxito o fracaso del proyecto.

Pensemos en Uber o en AirBnb, dos empresas que fueron lanzadas en el momento exacto en el que la crisis golpeaba a profesionales y familias y que, gracias a este contexto, contaron con un éxito sin precedentes, ya que daban la oportunidad a cualquier persona para generar ingresos adicionales mediante el transporte y traslados (Uber), como en el alquiler de habitaciones, casas y departamentos (AirBnb).

YouTube es otro caso que fue lanzado en el momento ideal, solucionando el problema de empresas e individuos de almacenamiento, inserción y distribución de contenidos en video. Si hubiera sido lanzado años antes, su éxito probablemente no hubiera sido el mismo, como fue el caso de Google Videos y el propio Vimeo que, pese a haber estado online, no despegó sino después del lanzamiento de YouTube. En otras industrias y casos locales podríamos hablar de Solo Empanadas, Arbys, El Teleférico en su proyecto inicial, entre otros que se adelantaron a su tiempo ideal.

Equipo de trabajo

En el modelo de emprendimiento su creador no debe ser el principal empleado, se requiere de equipo conformado por profesionales de alto valor para generar valor. Si buscamos profesionales ‘económicos’, es muy probable que no cuenten con capacidades o experiencia que aporte al crecimiento y desarrollo del proyecto.

Se recomienda siempre contar con socios estratégicos y no generar el esfuerzo de manera independiente, ya que tendremos apoyo para toma de decisiones, gestión, análisis y desarrollo de negocio.

Modelo de negocio

“Todo el mundo tiene un plan hasta que recibe un puñetazo”, es una frase de Mike Tyson que aplica a la importancia que emprendedores deben dar a la planificación para establecer modelos alternativos de acción y negocio en diferentes escenarios, para no quedar sorprendidos ante afectaciones o cambios de mercado.

El modelo de negocio es una guía que se basa en determinar cómo se va a generar valor para los clientes de manera rentable y que permita replicar y escalar las actividades integrando el proceso productivo, comercial y de marketing con socios o alianzas en cada etapa.

No se trata solo de determinar qué se va a construir, sino dónde lo voy a hacer y cómo voy a solucionar problemas de mercado.

Muchos emprendedores plantean que el modelo de planificación estratégica no está vigente y esto es un error. Si bien metodologías como el Business Model Canvas ayudan a simplificar el modelo de negocio, para su implementación se requiere de estrategia, procesos y planificación clara, sin llegar al extremo de perder oportunidades por estancarse en la planificación. Debemos ser eficientes sin descuidar la estrategia de negocio.

El modelo de negocio nos dará la guía para crear y ejecutar acciones de negocio y se deberá actualizar constantemente en períodos de 3, 6 y 12 meses.

¿Qué factor es más importante?

Bill Gross, fundador de Idealab, ha creado, lanzado e incubado muchos emprendimientos, algunos con éxito y muchos han fracasado. Dentro de su análisis, investigación y experiencia plantea que el tiempo y momento de lanzamiento de nuevos proyectos es el factor más relevante, sin descuidar la importancia de los otros factores.

Todo emprendimiento demanda un gran esfuerzo de parte de sus fundadores y está enfocado a generar valor y crecimiento para la marca y proyecto. No hay que descuidar la importancia de los factores mencionados y primordialmente se debe tomar en cuenta que para que una idea tenga éxito es necesario primero creer en ella y, paralelamente, estar seguros de que se mejorará la vida de las personas a las que se dirige.

No hay que dejarse influenciar por enfoques basados solo en el aprendizaje de fracasos empresariales, sino en ser oportunos, estratégicos y rentables en el mediano y largo plazo, caso contrario es mejor generar un plan para obtener ingresos de manera independiente como freelancers.