De las dos auditorías externas realizadas al Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación (Ciespal) entre 2017 y 2018, se desprenden más de 40 observaciones que revelan omisiones e inconsistencias en los estados financieros y la gestión de recursos.

El Telégrafo

Ciespal es un organismo con sede en Quito, creado el 9 de octubre de 1999 mediante un convenio entre el Estado ecuatoriano, la Unesco y la Universidad Central. Desde entonces, sus actividades se han enfocado en los estudios, especialmente, de comunicación popular.

Según las auditorías, del 2012 al 2017 recibió $ 11,2 millones desde la Secretaría de Educación Superior (Senescyt), que para ese periodo estuvo dirigida por René Ramírez. Aquello le representó el 86% de sus ingresos totales.

La primera auditoría, de la firma SMS para el período 2014-julio del 2017, fue presentada el 21 de septiembre pasado al Consejo de Administración (máxima instancia). Allí se establecen 22 conclusiones, entre las que se señala que Ciespal no somete sus estados financieros anuales a auditorías externas, lo que permite “la posibilidad… errores u omisiones”. Por ejemplo, revela un “Patrimonio disponible” de $ 2,9 millones, pero sin soportes, así como la inexistencia de un inventario.

Entre 2015 y julio del 2017 hubo un déficit de $ 130.690 y un manejo discrecional de gastos de personal.

En cuanto a los aportes del Estado, la firma concluye que Ciespal no informó quién hace el seguimiento de los convenios firmados con la Senescyt.

En el documento se advierte que la Senescyt aprobó para el proyecto Observasur (que fue dirigido por Ramírez cuando dejó de ser secretario) $ 1,6 millones. La actual directora de Ciespal, Gissela Dávila, dijo que esa oficina fue cerrada en febrero, que Ramírez ya no tiene su despacho ahí y que parte del dinero fue devuelto.