Cifras porporcionadas por la Subsecretaría de Educación de la Zona 8, permitió identificar a las 16 instituciones con mayor número de casos, y dio origen a la creación del programa "Vivamos en Paz", que se ejecuta desde finales de octubre.

Fotografía retomada de UNAB

“Antes mis compañeros me llamaban con apodos, eso no me gustaba, ahora, desde que se puso en marcha el programa, dicen mi nombre y eso me hace sentir bien, tenemos una buena convivencia, nos respetamos”, cuenta Emilio Valenzuela, de III de bachillerato de la Unidad Educativa Luis Alfredo Noboa Icaza (LANI).

Burlas de ese tipo, discusiones con golpes e insultos, bullying, entre otras situaciones de violencia entre estudiantes son las que más se repiten en los 2500 casos reportados en el año lectivo en curso, en instituciones educativas fiscales.

Alexandra Higgins, subsecretaria de Educación de la Zona 8, cuenta que el programa busca disminuir el número de actos violentos entre pares y fomentar las buenas relaciones interpersonales en las instituciones educativas, y está dirigido a niños y jóvenes de 5.° EGB a III de bachillerato e involucra a directivos, docentes, estudiantes y padres de familia.

En la primera fase, explica Higgins, cada grupo fue parte de mesas generadoras de acuerdos en las que se establecieron los aspectos positivos y aquellos por mejorar de cada institución. En la segunda, se determinaron acciones que están siendo ejecutadas en los centros educativos para reducir la violencia.

“Este tipo de cambios no se logran rápido, es el resultado de un proceso que toma su tiempo, pero para nosotros era importante poner sobre la mesa el tema de la paz y de cambiar la forma en la que nos relacionamos con otros, ya con eso tenemos bastante ganancia”, asegura Higgins.

En la tercera fase, que se prevé para febrero, se medirán los resultados del programa que hasta el momento ha beneficiado a 20 653 jóvenes, para dar paso a nuevas acciones. A finales de noviembre se sumaron otros doce centros educativos que en su mayoría se encuentran en la fase uno.

Los recreos interactivos son un componente importante. “Durante los recesos se realizan juegos y actividades lúdicas que fomentan la integración entre docentes y estudiantes, así como el respeto, tolerancia y compañerismo”, añade Higgins.

En la escuela fiscal Emma Esperanza Ortiz Bermejo, por ejemplo, los profesores tuvieron que trasladar un plato que llevaba una fruta encima, sostenido con hilos. Para conseguirlo tuvieron que ponerse de acuerdo, escuchar las ideas que todos proponían y hacer un trabajo de cooperación mutua.

El entusiasmo para crear propuestas es palpable en todas las instituciones. Por ejemplo, en la LANI los estudiantes han creado una canción para la campaña Saludo LANI, que busca fomentar la armonía y respeto. La melodía se acompaña con un juego de manos que se ha convertido en una forma de identificarse entre miembros de la institución.

“Vemos violencia en todo nuestro entorno, así que con acciones como esta vamos aprendiendo a respetarnos y a vernos como una segunda familia”, dice Ana Burgos, de II de bachillerato de LANI.

Asimismo, en la Unidad Educativa Comunitaria Intercultural Bilingüe Santiago de Guayaquil, se busca erradicar el uso de apodos, por lo que estudiantes fueron parte de una actividad en la que mostraron acrósticos de sus nombres.

“Nos hemos comprometido a cambiar, a ser unidos, dejar la violencia y solucionar los problemas dialogando”, asegura Brithany Romero, de I de bachillerato.

En tanto, en la Unidad Educativa Nueve de Octubre, se han creado rincones de paz en cada aula”. En una caja cada estudiante comparte anónimamente algún problema que tenga y luego es tratado en clase. Además, cada mañana se hace una reflexión sobre algún valor y se dan tips de comportamiento. Lo que queremos es crear conciencia sobre el respeto, la armonía e igualdad de género”, dice Sonnia Iglesias, rectora.

Incluir a moradores para que funcionen como radares y alerten a docentes y autoridades de peleas que se suscitan por los alrededores, es otra de las acciones que ejecuta este centro educativo. “De esta manera podemos intervenir y evitar que la discusión trascienda y resolverla”, enfatiza Iglesias.

«Nos hemos comprometido a dialogar sobre el tema porque la educación parte de casa y es necesario que los niños vivan en un ambiente de paz, sin insultos ni violencia”, Yadira Camacho, madre de familia.

Según estadísticas de la Subsecretaría de Educación, Zona 8, en la UE Nueve de Octubre se registraron 90 casos de violencia, en el año lectivo 2018-2019; y 27, en el 2019-2020, luego de haber implementado el programa. De igual manera, en la UE Luis Alfredo Noboa, en el primer segmento se registraron 50 casos, bajando la cifra a 27. En otros colegios, como están en fase de implementación de acciones, aún no se miden resultados.

Fuente: El Universo – Nota completa: LINK