Boinas rojas del Ejército, policías y personal del Municipio ingresaron el sábado 25 de julio de 2020 a una vivienda de construcción mixta, ubicada en el Comité del Pueblo, populoso barrio del nororiente de Quito, para suspender una fiesta.

Para la supervisora de la Agencia Metropolitana de Control (AMC), Estefanía Grunauer, el último fin de semana fue el más crítico en cuanto a la desobediencia social. Crédito: Twitter Intendecia de Pichincha.

Boinas rojas del Ejército, policías y personal del Municipio ingresaron el sábado 25 de julio de 2020 a una vivienda de construcción mixta, ubicada en el Comité del Pueblo, populoso barrio del nororiente de Quito, para suspender una fiesta.

Adentro, unas 77 personas se encontraban bailando y consumiendo licor. Eran las 16:30. La entrada costaba USD 3 y la convocatoria al evento se hizo a través de redes sociales.

Allí, las autoridades verificaron que los asistentes no cumplían los distanciamientos, tampoco utilizaban mascarillas. De ese grupo de personas, 60% correspondió a adultos y el resto, a menores de edad que fueron entregados a sus representantes.

Luego se retiraron jabas de cerveza, licor artesanal y cajas de vino. El dueño de la propiedad fue sancionado por organizar reuniones sociales en medio de la emergencia sanitaria por el covid-19.​

Para la supervisora de la Agencia Metropolitana de Control (AMC), Estefanía Grunauer, el último fin de semana fue el más crítico en cuanto a la desobediencia social y a la organización de fiestas clandestinas desde que comenzara la emergencia sanitaria, a mediados de marzo.

Datos de esa entidad refieren que se sancionó a 126 personas por diferentes faltas. El viernes 17 y sábado 18 se castigó a 76 personas.

Ocho días antes se sancionó a 51. Est o implica un incremento paulatino en el número de gente sancionada por no respetar las normas de bioseguridad.

“No hay conciencia (…) Pedimos la corresponsabilidad de las personas, ya que solo el control no va a servir en estos casos, ya no tenemos camas en los hospitales”, dijo la funcionaria municipal.

Las autoridades encontraron en el sector de San Roque (en el Centro Histórico) a un grupo de personas libando, sin la protección de la mascarilla e incumpliendo de la medida de distanciamiento social.

Militares inspeccionaron el lugar y las pertenencias de la gente. Quienes no utilizaban mascarilla de protección fueron multados con USD 100.

Horas después, la Intendencia de Pichincha suspendió una fiesta de graduación que se desarrollaba en Calderón, en el norte de la capital.

“El derecho de uno termina cuando comienza el de los demás. La salud está primero. Cuidémonos del virus y protejamos a nuestra familia”, escribió en su cuenta de Twitter la intendenta de Pichincha, Daniela Valarezo.

La tarde del sábado, personal de esa dependencia y militares acudieron a una cancha de ecuavóley y se sancionó a un total de 55 personas en la parroquia rural de Píntag.

Consumían licor y no utilizaban tapabocas. También se encontró a grupos de personas libando dentro de los vehículos. Valarezo indicó que se localizó a 15 personas en la misma situación en el Panecillo, Centro de Quito.

En los reportes de Intendencia se informó que hubo gente bebiendo en las zonas de La Magdalena, Santa Anita, La Argelia y Ferroviaria, en el sur de la ciudad.

En total, 12 personas fueron sancionadas. Mientras tanto, en la Administración Zonal Manuela Sáenz (Centro) se suspendieron cuatro eventos y 17 transeúntes fueron sancionados por no respetar el toque de queda, que empieza a las 21:00.

Por otra parte, hubo una alta afluencia de deportistas en la ciclovía, a la altura del intercambiador de El Labrador. La mayoría de ellos no utilizaba mascarillas mientras se recreaba. Lo mismo pasó en la zona de la Ruta Chaquiñán, con decenas de familias.

Fuente: El Comercio – Nota Original : LINK