Los mexicanos acuden a las urnas para votar por un nuevo presidente este domingo en unas elecciones que previsiblemente darán el poder a un político antisistema que podría inyectar una nueva dosis de nacionalismo en el gobierno y agudizar la división con los Estados Unidos de Donald Trump.

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El ex alcalde de Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, ha liderado las encuestas de intención de voto durante toda la campaña y sería el primer líder de izquierdas en asumir la presidencia en décadas en México si derroca al centrista Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Segundo en los comicios de 2012 y 2006, López Obrador se presenta a sí mismo como el único hombre capaz de limpiar una clase política cuya credibilidad está por los suelos por la corrupción, los altos niveles de delincuencia y años de flojo crecimiento económico.

“El nuevo presidente de México tendrá autoridad moral y política para exigir a todos que se comporten con integridad y hagan de la honestidad una prioridad”, dijo López Obrador en el acto de fin de campaña en un estadio de fútbol de la capital mexicana el miércoles.

La ley prohíbe que el actual presidente, Enrique Peña Nieto, busque la reelección. En cualquier caso, su popularidad se desmoronó cuando se vio salpicado por las investigaciones sobre presuntos conflictos de interés y escándalos de malversación que implicaron a los principales responsables del PRI.

Haciendo campaña de forma incesante por todo México durante los últimos 13 años, López Obrador ha asistido a ascensos y caídas de carreras políticas a medida que los partidos tradicionales se han visto consumidos por los problemas sociales y económicos del país y la responsabilidad del poder.