Al grito de "¡Vivos los queremos!", miles de personas se manifestaban en Ciudad de México este lunes al cumplirse dos años de la desaparición y presumible masacre de 43 estudiantes de la escuela de maestros de Ayotzinapa, en Guerrero (sur).

Andes

Con padres, familiares y abogados de los jóvenes a la vanguardia, la multitud -entre la que abundaban imágenes de los estudiantes- se concentró en el concurrido Paseo de la Reforma para dirigirse al Zócalo (plaza central) de la capital.

«Este maldito gobierno que pues hasta esta fecha, a dos años, nos lleva a puros engaños, puras vueltas pa’lla y pa’cá, reuniones y no resuelve nada», comentó a la AFP Margarito Ramírez, padre de Carlos, uno de los jóvenes desaparecidos. El hombre caminaba con la imagen de su hijo -que ahora tendría 20 años- ya maltratada de llevarla a tantas manifestaciones.

Muy cerca, una mujer vestida de soldado enarbolaba una bandera mexicana con manchas rojas simulando sangre, mientras en una pancarta se leía: «Los mexicanos no tenemos porqué soportar otros dos años más a estos malditos asesinos». Hace dos años, los 43 estudiantes se dirigieron a Iguala (Guerrero) para hacerse con autobuses que pretendían usar para sus movilizaciones políticas, pero fueron atacados por policías locales que los entregaron al cártel Guerreros Unidos.

La fiscalía defendía la denominada «verdad histórica», según la cual los narcotraficantes habrían asesinado a los jóvenes para después incinerar sus cuerpos en el basurero de la cercana comunidad de Cocula y arrojarlos a un río de la zona.

Pero un grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que participó en las pesquisas cuestionó esta versión y ahora la fiscalía general ha abierto otras líneas de investigación para buscar a los jóvenes en otros puntos de la zona donde desaparecieron.

Desde Colombia, donde realiza una visita, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, se comprometió a que se amplíe la investigación para llegar hasta «las últimas consecuencias», para que «se dé con los responsables», así sean policías o autoridades. Entre los asistentes a la marcha se observaba cierto escepticismo hacia estas nuevas investigaciones de la fiscalía.

«Si los tienen vivos o los tienen muertos, ya es lo de menos, pero digan dónde están. No tienen madre con tanto pinche peritaje, ya que se dejen de pendejadas y abran el cuartel (militar) de Iguala», dijo Miguel Mendoza, estudiante universitario de 26 años y quien con altavoz arengaba a la multitud «¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!».

En otros puntos del país, principalmente en Guerrero, también se celebraron manifestaciones en memoria de los 43 jóvenes.