Los accionistas de LaMia, la aerolínea que protagonizó un trágico accidente en Medellín, con un saldo de 77 muertos, no tenían el capital suficiente para respaldar el seguro de la nave, lo que hace presumir la existencia de testaferros, afirmó este domingo el ministro boliviano de Defensa.

Agencia Andes

«El piloto fallecido, propietario de la mitad de las acciones de LaMia, ni tenía casa propia. Alguien ha pagado dinero para que esa nave pueda tener seguro de aeronavegación. La investigación va a dar sorpresas interesantes. Esos ‘palos blancos’ no pueden ser ocultados», denunció Reymi Ferreira a la red de emisoras estatales.

En los últimos días el caso comenzó a tomar tintes políticos después de que se conociera que el fallecido piloto de la nave, Miguel Quiroga, supuesto dueño de la mitad de las acciones de LaMia, carecía de propiedades y vivía en la casa de su suegro, el exsenador Roger Pinto, duro opositor del presidente Evo Morales, asilado en Brasil desde agosto de 2013.

La autoridad explicó que para respaldar el seguro de 25 millones de dólares que había contratado LaMia la empresa aseguradora debió haber exigido como respaldo entre tres y cinco millones de dólares.

«¿Cómo se explica que una persona que no tenía ni casa pueda tener esos millones?, ¿quién garantizó las boletas para obtener ese seguro?», inquirió Ferreira, tras asegurar que los aviones que usaba LaMia tampoco eran de su propiedad, sino alquilados.

Ese conjunto de datos conduce al ministro boliviano de Defensa a inferir que en el caso LaMia «hay un palo blanco».

 Aunque Ferreira no acusó explícitamente al exsenador opositor, lo citó en reiteradas oportunidades, dando a entender que era a él a quien se refería.

Tal versión ya había sido adelantada la semana pasada por el vicepresidente Álvaro García, quien declaró a la televisión que «por declaraciones de familiares, el que ha puesto el dinero es el senador Roger Pinto y el yerno (Miguel Quiroga, piloto que falleció en el accidente)».