El ministro del Interior polaco, Mariusz Blaszczak, dijo hoy sobre las cuotas de refugiados que Polonia no aceptará a personas que amenacen su seguridad, e insistió en que Europa debe primar la ayuda a estos inmigrantes en sus lugares de origen o en países limítrofes como Líbano, Turquía y Jordania.

En declaraciones a la emisora RMF fm, Blaszczak insistió en que sólo se aceptarán aquellos refugiados sobre los que exista «la total certeza de que no pueden poner en peligro la seguridad de Polonia y de los polacos».

«Desafortunadamente, muchas de estas personas disponen de documentación falsa», recordó el titular de Interior.

El pasado sábado, el ministro de Exteriores de Polonia, Witold Waszczykowski, anunció que en pocas semanas su Gobierno pondrá en marcha un programa de asistencia a los refugiados sirios en el Líbano.

También el sábado, el líder del partido gubernamental polaco Ley y Justicia, Jaroslav Kaczynski, aseguró que su país no aceptará refugiados, ya que suponen una amenaza a la seguridad nacional después de los ataques terroristas que han tenido lugar en otros países europeos.

Kaczynski añadió que Polonia se opondrá a cualquier directiva comunitaria que obligue a los Estados miembros a pagar una multa por negarse a aceptar refugiados, tal y como ha planteado Bruselas.

«Estamos en contra de esa posibilidad, ya que reduce la soberanía nacional de los países de la UE, por supuesto la de los más débiles, y nosotros queremos mantener nuestra independencia», dijo el presidente de Ley y Justicia.

Hoy el diario polaco «Rzeszpospolita» informó de que todavía no ha llegado a Polonia el primer grupo de cien refugiados (65 de un campo ubicado en Grecia y 35 de Italia) que debía trasladarse al país centroeuropeo a principios del pasado marzo.

El anterior Gobierno polaco llegó al compromiso con Bruselas de aceptar cerca de 7.000 refugiados, y se acordó que Polonia iba a verificar las solicitudes de asilo para asegurar que se cumple con todos los requisitos de seguridad.

Tras la victoria por mayoría absoluta del partido nacionalista Ley y Justicia en las elecciones de diciembre de 2015, el nuevo Ejecutivo de Varsovia se ha mostrado reacio a cumplir con este acuerdo.

Las autoridades polacas alegan la falta de cooperación con Italia, que no facilita el acceso a los inmigrantes para verificar sus identidades y confirmar que no suponen una amenaza, según «Rzeczpospolita».