Mohamed Salah completó el entrenamiento previo al choque ante Uruguay y lo hizo junto al resto de sus compañeros, con aparente normalidad, pero con especial cuidado en no hacer movimientos bruscos con los brazos que pudieran afectar a su hombro lesionado.

Minutos antes de saltar al césped del Ekaterimburgo Arena, escenario del estreno histórico de Egipto 28 años después de su último partido en un Mundial, su entrenador, Héctor Cúper, afirmó que estaba casi seguro de que iba a poder contar con su estrella para el enfrentamiento ante el cuadro charrúa.

«Salah está muy bien. Ha tenido una recuperación muy buena con una atención muy especial Se ha entrenado con nosotros. Falta el entrenamiento de este jueves. Puedo casi asegurar que está para jugar salvo que surja un imprevisto del último momento. Todos somos optimistas», dijo.

Casi justo después, Cúper dirigió el entrenamiento de sus hombres, con Salah entre ellos como uno más. El jugador egipcio, en los minutos a los que tuvo acceso la prensa, primero escuchó a Cúper en la charla táctica inicial. Después, hizo carrera alrededor del terreno de juego y cuando cambiaron los ejercicios y aumentaron la intensidad, Salah tuvo cuidado de no hacer un movimiento brusco con su hombro lesionado. En concreto, en uno de ellos, que consistía en subir y bajar los brazos, el jugador egipcio decidió no moverlos por precaución.