Con tiroteos y bloqueos de calles, la situación en Nicaragua se deteriora en medio de la ola de violencia que deja 145 muertos en casi dos meses, mientras el presidente Daniel Ortega aún no da señales que permitan retomar el diálogo nacional.

Efe

La expectativa se mantiene el martes, luego de que la noche del lunes se escucharan disparos y detonaciones en barrios de Managua y otras ciudades, donde los pobladores acumulan alimentos por temor al desabastecimiento ante el bloqueo de las principales carreteras.

Los obispos católicos presentaron el jueves pasado una propuesta de democratización a Ortega y le pidieron responder por escrito en dos días para decidir si retoman el diálogo con la oposición para salir de la crisis que vive el país, pero el plazo se venció sin respuesta del mandatario.

La embajada de Estados Unidos reveló en un comunicado que Ortega y otros participantes en el diálogo tuvieron un encuentro con Caleb McCarry, representante del senador republicano Bob Corker, enviado a Managua el sábado para “abordar la severa crisis democrática” en este país.

Pero su visita hizo poco por cambiar la situación, y la capital continúa semiparalizada por falta de transporte y el temor de los ciudadanos a quedar atrapados en el fuego cruzado en los bloqueos.

Fuerzas del orden y grupos de choque arremetieron en los últimos días contra los bloqueos, levantados para presionar al gobierno a dialogar.

“El objetivo es tener control de la vía Panamericana y dejar en esos lugares de forma indefinida a gente del gobierno para que no se vuelvan a levantar los bloqueos” opositores, dijo una dirigente de los manifestantes, que no se identificó.