Un terremoto con una magnitud de 7,8 grados que ha afectado a Nueva Zelanda el domingo 13 ha dejado devastación. El epicentro del sismo se situó a 91 kilómetros al noreste de la ciudad de Christchurch, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos.

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Al menos dos personas murieron el pasado domingo a causa del terremoto de magnitud 7,8 grados que azotó Nueva Zelanda, informó el primer ministro, John Key, quien añadió que el evento natural dejó, además, importantes daños en las infraestructuras.

El temblor más importante, que se sintió en todo el territorio neozelandés, sacudió las regiones de la Isla Sur y su epicentro se localizó a 23 km de profundidad y a unos 90 km de la ciudad de Christchurch, ciudad en la que un sismo de magnitud 6,3 había dejado 185 muertos en febrero de 2011.

Residentes en la capital, Wellington, aseguraron que cayeron vidrios de los edificios a las calles.

Chris Hill, un oficial de bomberos de Cheviot, una localidad costera próxima al epicentro del sismo, dijo que los funcionarios iban puerta por puerta evacuando a los residentes. «Todos parecen estar bien aquí», comentó a RNZ. «Hay muchos escombros en las casas, pero hasta este momento no parece que haya pasado nada demasiado malo».

El sismo generó, además, un tsunami que afectó a la costa noreste de la Isla Sur. Por ello, la Defensa Civil advirtió a los residentes a lo largo de toda la costa este del país que buscaran refugio en zonas elevadas. Anna Kaiser, sismóloga de GNS Science, dijo que se registró una subida del nivel del mar de hasta un metro en la región de North Canterbury, en la Isla Sur. “Eso es algo razonablemente significativo, así que la gente debe tomárselo en serio”, dijo a Radio New Zealand.

Tras el sismo se sintieron varias réplicas en todo el país, algunos con una magnitud de hasta 6,1, y según GNS Science el momento se han registrado hasta 250 nuevos movimientos de tierra, lo que ha llevado a pensar que las posibilidades de un nuevo sismo importante o incluso de un megaterremoto en el corto plazo han aumentado.

De acuerdo con John Ristau, de GNS Science, existe un 12% de probabilidades de que se dé un nuevo terremoto de magnitud 7 o más en las próximas 24 horas y en el lapso de los próximos 30 días, la posibilidad aumenta a 32%.

No obstante, el especialista afirma que el otro posible escenario tras el terremoto registrado el fin de semana, es que este movimiento telúrico haya servido para desfogar energía contenida entre las placas tectónicas y que con ello “también puede disminuir el estrés en una falla cercana y el riesgo de un nuevo sismo intenso».