Los pescadores artesanales del archipiélago de Chiloé, situado en el sur de Chile, decidieron radicalizar las protestas tras el fracaso de las negociaciones con el Gobierno.

Después de una reunión que se extendió por casi ocho horas y acabó este viernes por la madrugada, los dirigentes de los pescadores se retiraron de la cita en la que también participó el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, tras rechazar la entrega de un bono de 750.000 pesos (unos 1.126 dólares) a repartir en los próximos meses.

«Lamentamos el hecho de que no hayamos podido aún lograr un acuerdo respecto a esta materia, hemos hecho un planteamiento que acoge gran parte de lo que habían sido las peticiones que se nos habían hecho en estos últimos días», dijo hoy el ministro.

Con esta nueva propuesta económica el Gobierno pretendía acabar con las protestas que se iniciaron el pasado lunes como muestra de rechazo al bono inicial de 100.000 pesos por familia (unos 151 dólares) para paliar la caída de ingresos a raíz de la prohibición de extraer mariscos, la principal actividad económica del archipiélago.

Esto, después de que hace unas semanas las autoridades de la zona detectaran altas concentraciones de toxinas paralizantes en los mariscos de la isla.

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, instó hoy a los pescadores a reiniciar el diálogo y poner fin a las protestas.

«Mi llamado es a que analicen lo que hemos propuesto, que sigamos dialogando, que despejen los caminos para no afectar a otras personas, así para que pueda entrar el combustible, los alimentos y no agravar más la situación», señaló la mandataria.

«Así que tengan la certeza todos nuestros amigos desde Cucao hasta la región de Los Ríos, que es el área afectada, que no los vamos a dejar solos frente a los efectos de la marea roja. Pero también necesitamos la colaboración de ellos», agregó.

El fenómeno causante de la contaminación es conocido como marea roja y se debe al florecimiento de una excesiva proliferación de microalgas con elevadas concentraciones de toxinas.

El consumo de mariscos contaminados por este fenómeno natural es nocivo para la salud humana y puede causar parálisis e incluso la muerte. De hecho, desde 1972 la ingesta de mariscos contaminados por marea roja ha causado la muerte de 23 personas en Chile.

El 80 % de la población de Chiloé vive de los productos que extrae del mar, motivo por el cual la prohibición ha impactado con fuerza en la economía local.

«Hicimos una propuesta que va más en línea con lo que habían solicitado. Sin embargo, otro temas fueron los que han trabado este espacio», señaló Céspedes en declaraciones a radio Cooperativa.

Según el ministro, la reivindicación de otras pesquerías que no están asociadas al fenómeno de marea roja fueron las que impidieron llegar a un acuerdo.

Este viernes los dirigentes de los pescadores se volverán a reunir para debatir las medidas del Gobierno, pues algunos de ellos estarían dispuestos a aceptar las propuestas.

Céspedes indicó que este viernes seguirá en Puerto Montt, al lado del archipiélago afectado, a la espera de la posibilidad de que «algunos dirigentes de Ancud (una de las principales ciudades de Chiloé) firmen este acuerdo».

El líder de los pescadores de Carelmapu, Custodio Cerón, afirmó en declaraciones a T13 Radio que «no hay voluntad política para solucionar este conflicto» y rechazó la idea de que existen diferencias entre los dirigentes.

«Nosotros también esperamos que se nos pueda llamar, que el Gobierno pueda recapacitar (…) hay mucha gente que está necesitada. Hay una catástrofe ambiental. Esperamos que reaccione», aseveró Cerón.

Los pescadores mantuvieron los bloqueos en las principales rutas de la Isla Grande de Chiloé, la principal del archipiélago.

Las protestas se extendieron hoy a otros puntos de la región de Los Lagos como Puerto Montt, donde ya se ha paralizado el servicio de autobuses y se anuncian distintas movilizaciones.