Escoger entre el neoliberalismo que representa Keiko Fujimori o el socialismo que profesa Pedro Castillo y sus propuestas económicas antagónicas será el principal desafío de más de 25 millones de peruanos que deben acudir a votar en la segunda vuelta presidencial este domingo, en una elección que se pronostica ajustada, según las principales encuestadoras del vecino país.

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Créditos: CNN

Castillo, un maestro de escuela rural, promueve un activo papel del Estado en la economía, mientras la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) aboga por mantener el actual modelo liberal.

Las promesas de ambos candidatos, virtualmente empatados en los sondeos, implican un aumento del gasto público en un país elogiado por el equilibrio de sus cuentas nacionales, pero al que se le reprocha la falta de inversión social.

“Los resultados de las últimas encuestas hablan de un aparente empate técnico, lo que hace que este domingo la expectativa sea mayor… hay mucha incertidumbre con lo que va a suceder”, dice Rodrigo Cruz, periodista de El Comercio de Perú y agrega que hay gran probabilidad de que esta elección sea similar a la del 2016, en la que Pedro Pablo Kuczynski le ganó a Fujimori por apenas 40.000 votos.

Cruz comenta que la preferencia que hay por Castillo se debe en gran parte al rechazo que existe en Perú a la candidatura de Fujimori, pero añade que la candidata ha ido subiendo en las encuestas también gracias al rechazo a Castillo por estar relacionado con el comunismo y el chavismo. Situación que compara con lo que sucedió en Ecuador en la elección del 11 de abril, en la que el actual presidente Guillermo Lasso se enfrentó al candidato del correísmo Andrés Arauz.

José Francisco Durand Arp Nissen, analista y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú, coincide con Cruz y dice que este complejo panorama que han arrojado los sondeos, se debe al grupo de votantes que, pese a no estar a favor de ningún candidato, logró ser conquistado por el argumento de “que aunque no te gusta Keiko tienes que votar por ella porque si no, el país va camino al comunismo o va a ser como Venezuela… esos temores han pesado más principalmente en la clase media y media baja de las zonas urbanas”, comenta.

“La sensación que deja esta elección es la de tirar una moneda al aire y saber que cualquier lado puede ganar… es una elección muy polarizada… las provincias y el campo están a favor de Castillo, sobre todo el sur del país, que es un bloque fuertísimo, mientras que las ciudades como Lima hay mayor apoyo a Fujimori, es una elección más de pasiones y sentimientos que de ideas y propuestas”, apunta el catedrático y añade que no descarta que la elección se gane voto a voto.

Sobre la candidata del partido fujimorista Fuerza Popular pesa una acusación de más de 30 años de prisión por presunto lavado de dinero en el caso de la constructora brasileña Odebrecht con la que deberá lidiar en caso de salir victoriosa al igual que con la crispación social que puede generar un posible indulto para su padre. Mientras que sobre Castillo pesa la influencia que pueda tener el secretario general de su partido, Perú Libre, y exgobernador de Junín, Vladimir Cerrón, en un eventual gobierno suyo, ya que sus propuestas están establecidas en su plan de gobierno.

En las últimas semanas, Castillo ha intentado minimizar la presencia de Cerrón, pero ha caído en contradicciones y polémicos comentarios de los que se ha aprovechado Fujimori, uno de estos fue el afirmar que los femicidios eran en parte culpa de la “ociosidad del Estado”.

No obstante, su lema de “no más pobres en un país rico” ha calado profundamente en los sectores más populares del país, especialmente en este contexto de crisis económica causada por la pandemia de COVID-19, la que sin duda, será uno de los principales para el que candidato que se proclame vencedor.

En cuanto a salud y manejo de la pandemia, ambos candidatos han asegurado que trabajarán en acelerar el plan de vacunación, refiere La República.

Castillo promete vacunar a toda la población mayor de 18 años hasta el 31 de diciembre y Fujimori ha dicho que evaluará un aumento de sueldos de los médicos y que pagará deudas pendientes con el sector.

Además de la pandemia, la incertidumbre también ha marcado la elección y desde ya se analizan en el país los posibles escenarios que podría vivir Perú si gana Castillo o Fujimori.

Para Cruz, si Fujimori logra la victoria puede haber un ambiente bien crispado en cuanto a protestas ciudadanas de los sectores que se oponen al regreso del fujimorismo, pero asegura que habrá una continuidad en cuanto a la política de mercado.

Durand dice que Fujimori, que se presenta como la continuidad de la derecha aunque con propuestas sociales más profundas, contaría con el apoyo de los grandes medios de comunicación y de respaldo en el Congreso, lo que asegura no ocurriría con Castillo, quien sostiene que se apoyará en el pueblo peruano.

Un triunfo del líder sindical rompería con más de 30 años de gobiernos de centro y de derecha que ha tenido el país y tanto el catedrático como el comunicador dicen que la incertidumbre sería enorme ya que consideran que cuenta con más ideas que propuestas y tendría poco tiempo para poder concretarlas por la gran dimensión que tienen.

“La crisis de la política peruana de los últimos años se debe a la relación entre en Congreso y el Ejecutivo… el gran problema de Perú es que los presidentes duran poco, son vacados, y en el caso de que Castillo intente hacer alguna modificación habrá que ver si se lo permiten”, dice Castillo.

Por su parte, Durand dice que considera que sea el que sea el resultado, el nivel de polarización en Perú se va a mantener. 

Nota Original: El Universo – LINK