Con 674 muertes en las últimas horas, la cifra más baja en diez días, mientras la presión en hospitales y cuidados intensivos también se relaja.

Créditos: El Universo

España registró este domingo por tercer día consecutivo un descenso en el número de fallecidos por coronavirus, con 674 muertes en las últimas horas, la cifra más baja en diez días, mientras la presión en hospitales y cuidados intensivos también se relaja.

El número de casos de coronavirus en España sigue disminuyendo, aunque sigue siendo el segundo país más afectado después de Estados Unidos.

Con 6023 infecciones reportadas el domingo, aumentó el recuento nacional a 130 759. Eso es inferior a un aumento de 7026 infecciones en el período anterior de 24 horas, lo que confirma la tendencia a la baja de la semana pasada.

Tras una semana fatídica, en la que se alcanzaron 950 muertes diarias el 2 de abril, las estrictas medidas de confinamiento aplicadas desde el 14 de marzo y que se deberían prolongar hasta el 25 de abril empiezan a dar sus frutos, insisten las autoridades.

El gobierno ha comenzado a hablar acerca de cómo abordar la siguiente fase de «desescalada» para levantar paulatinamente las restricciones sin provocar una segunda oleada de contagios en el país, el segundo con más muertes del mundo por la pandemia después de Italia.

«Se trata de ser muy prudente para no desperdiciar todo el esfuerzo que ha hecho la sociedad española«, advirtió el ministro de Sanidad, Salvador Illa.

Según los datos divulgados este domingo por su ministerio, los fallecidos en las últimas 24 horas aumentaron en un 5,7% hasta los 12.418, cuando hace dos semanas habían llegado a crecer por encima del 30%.

Unos 38 mil curados

Los contagios también se ralentizan, con un incremento del 4,8% hasta los 130 759 casos diagnosticados, mientras que las altas de pacientes siguen en aumento y ya hay 38 080 enfermos que se han curado.

«La presión está disminuyendo», dijo la doctora María José Sierra, del centro de emergencias sanitarias, destacando que se observa «un cierto descenso» en el número de casos hospitalizados y de los ingresados en cuidados intensivos.

En el hospital Severo Ochoa de Leganés, en la región de Madrid, la más impactada, los pacientes en urgencias habían vuelto a los niveles registrados antes del brote.

«Las urgencias recuperan la normalidad después de tantos días de lucha contra el coronavirus«, señaló Jorge Rivera, responsable de comunicación de este hospital del que se habían publicados vídeos con camas acumuladas en sus pasillos.

«A nivel hospitalario, la situación es más estable. Los pacientes en UCI (unidad de cuidados intensivos) no aumentan tanto y empieza a haber bastantes altas«, coincidía Empar Loren, enfermera en el hospital Arnau de Vilanova de Lleida, en Cataluña (noreste).

«Empezamos a ver la luz al final del túnel», dijo el sábado el jefe de gobierno Pedro Sánchez, cuando anunció una prórroga de dos nuevas semanas del confinamiento que debe ser ratificado por el Congreso.

Uso imprescindible de mascarillas

Mientras los ciudadanos asumen con resignación pasar en casa los festejos de Semana Santa, las autoridades sanitarias insisten en las medidas para que el fin del confinamiento no conlleve el descontrol de la epidemia.

El ministro de Sanidad aseguró que empezó a distribuir un millón de tests de diagnóstico rápido a las autoridades regionales y les pidió un listado de instalaciones donde poder aislar a las personas que den positivo.

«Nuestro objetivo fundamental en esta fase de desescalada es que a cualquier persona con síntomas se la diagnostique de forma precoz y se la aísle», dijo la doctora María José Sierra, quien también reconoció estudiar «muy seriamente» la obligatoriedad de usar mascarillas para salir a la calle.

Fuente: El Universo – Nota Original: aquí