El Presidente de la República, Rafael Correa, insistió en que el proyecto minero Río Blanco, ubicado en la provincia del Azuay, continuará según lo planificado, pese a los cuestionamientos sobre una supuesta afectación ambiental.

El Ciudadano

El Primer Mandatario cuestionó que esa agenda anti-minera le haya hecho mucho daño al Ecuador caracterizado por su gran potencial minero, por lo que consideró que parar el proyecto sería una irresponsabilidad. “Estamos siendo limosneros sentados sobre un saco de oro (…) Nuestro mayor desafío es salir del subdesarrollo y una oportunidad es el inmenso potencial minero”, apuntó.

El Jefe de Estado recordó que Solo Río Blanco generará recursos al Estado por 191 millones de dólares durante los 11 años de operación. Además, recordó que como producto de las regalías anticipadas tanto de este proyecto como el de Loma Larga, también en la provincia del Azuay, más de 120.000 habitantes de comunidades rurales se han beneficiado con obras de desarrollo en educación, salud, saneamiento ambiental, comunicaciones, electrificación, entre otros.

Desestimó las eventuales demandas que pudieran presentarse por la ejecución del proyecto e indicó que sería absurdo demandar a países mineros como Estados Unidos, Alemania, Francia, Chile, Bolivia, Perú o Colombia. Destacó que  el Gobierno y la empresa Junefield Resources Ecuador (Ecuagoldmining) realizaron todos los estudios técnicos, nacionales e internacionales en los que se comprueba que no existe contaminación ni afectación para ningún acuífero en ese sector.