Allegados al menor, afuera de la Corte Provincial de Pichincha durante una audiencia.

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Lucas aún tiene miedo de su antiguo profesor de deportes. Siente culpa, es tímido y le dificulta concentrarse en clases. Él no siempre fue así. Hasta sus cinco años era un niño alegre, comunicativo y expresivo. Pero el abuso sexual del que fue víctima en el 2014, dentro de su escuela, lo cambió. Desde ese momento empezó la transformación del pequeño. Sus padres dedicaron su tiempo en buscar abogados, psicólogos y pasar gran parte del día en consultorios, juzgados en busca de justicia.

Cuatro años después, el martes, la Corte Nacional de Justicia (CNJ) emitió un nuevo fallo, pues inadmitió el recurso de casación que presentó el acusado José Valdivieso Larco. Para Gissela Vaca, abogada de la familia, esta resolución confirma la sentencia de 22 años de cárcel que le fue impuesta en las primeras instancias. Sin embargo, la condena no se empezará a aplicar hasta que el hombre sea capturado.

La forma cómo evadió la justicia es ahora investigada. Vaca cree que fue “más que extraño”, pues el profesor, a cambio de no cumplir una prisión preventiva, debía presentarse cada lunes en el edifico de los Tribunales Penales de Pichincha, en el norte de Quito.

A finales del 2016, Vaca supo que Valdivieso llevaba meses incumpliendo la medida cautelar y lo que más le preocupó fue que el Tribunal nunca había alertado sobre aquello. Recién en octubre del 2017, la Corte Provincial conoció de este hecho y ordenó el arresto.

Fuente: El Comercio