Ante la complicada situación política que atraviesa la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, su hasta hace poco compañero de fórmula, el vicepresidente Michel Temer, ya se proyecta como el próximo Mandatario de esa nación.

El Senado de Brasil conformó una comisión que analizará el juicio político que busca la destitución de Rousseff por presuntos actos de corrupción. La mesa está conformada por 21 parlamentarios, de los cuales sólo 5 estarían a favor de la Jefa de Estado. La votación que decidirá el futuro político de Rousseff está prevista qu se realice entre el 10 y el 12 de mayo próximos. Sin embargo, de dar paso al juicio político, se necesitarían 41 votos a favor de los 81 integrantes que conforman el Senado.

Por ello Temer, calificado como traidor por la Mandataria brasileña por retirarle su apoyo, ya ha tenido algunas reuniones para conformar el que sería su Gobierno, pues está convencido de que él será quien asuma el poder.

El líder del Partido del Movimiento Democrático brasileño (PMDB), fue uno de los pilares de apoyo del Partido de los Trabajadores (PT) al que representa Rousseff.

No obstante, sobre el vicepresidente pesan las sospechas de corrupción por contratos con la estatal Petróleos Brasileños (Petrobras) y por lo que también podría enfrentar un juicio político.

Temer no solo ha descargado toda su artillería en contra de Rousseff para desviar la atención hacia ella, sino que incluso ha empezado a hablar del que sería su programa económico para hacer frente a la crisis que atraviesa Brasil.

Pero aunque Temer asumiera la presidencia temporalmente, a Rousseff todavía le quedarán opciones para litigar y recuperar el poder, según los dirigentes del PT.