El Gobierno colombiano asegura que se ha acabado la guerra con las FARC. ¿O no? Faltan flecos menores por recoger, la X conferencia de la guerrilla para ratificar lo establecido en La Habana, la integración del ELN en estos o parecidos acuerdos y, especialmente, el plebiscito del 2 de octubre como refrendo o desautorización de lo actuado. ¿Pero qué significan el sí o el no ciudadano?, porque en Colombia nada es tan blanco o negro —paz o guerra— como en el resto del planeta.

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¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?. Esa es la pregunta del plebiscito que los colombianos deberán responder el próximo 2 de octubre y manifestar su apoyo o rechazo a los acuerdos de paz firmados entre el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia (FARC).

El presidente Santos firmó el pasado martes el decreto, un día después que el Congreso diera vía libre por amplia mayoría a la convocatoria de referendo propuesta por el jefe de Estado. En la Cámara de Representantes la iniciativa recibió 127 votos a favor y 15 en contra, mientras que en el Senado obtuvo 71 votos positivos y 21 negativos.

El gobierno de Santos y las FARC alcanzaron la semana pasada un histórico pacto de paz, luego de negociar desde 2012 en Cuba, cuyo texto fue entregado el jueves por el mandatario al Congreso para que se iniciara el trámite de convocatoria del plebiscito.

Asimismo, la Corte Constitucional avaló en julio el proyecto ya aprobado por el Congreso que estipula el plebiscito como mecanismo de refrendación de lo sellado entre las partes. El tribunal ratificó que el acuerdo de paz podrá ser aprobado con 4,4 millones de votos positivos, 13 % del censo electoral, que no sean superados por los votos por el «no».

Sin embargo, algunos sectores y líderes de oposición al Gobierno de Santos han calificado a la pregunta como «tramposa». El excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga, afirmó que la pregunta es una trampa ya que «esa pregunta es ambigua» y debería ser «¿aprueba los acuerdos entre el Gobierno y las FARC?».

Mientras tanto, para el profesor y columnista John Mario González, con esta cuestión no se incumple la sentencia de la Corte Constitucional, que ha sido clara al afirmar que no se puede refrendar el derecho a la paz. «Lo que no se necesita es la palabra FARC, porque por más de cuatro años el país ha escuchado que el acuerdo es entre las FARC y el Gobierno, entonces es innecesario. Ahora, por estrategia política lo mejor es que no se mencione porque las FARC no son precisamente las que más votos arrastran en el país», señaló González.

Asimismo, el senador del Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, calificó como injusto, tramposo e irrespetuoso el plebiscito, mecanismo a través del cual el pueblo colombiano votará sí o no a los acuerdos alcanzados con la guerrilla de las Farc. Explicó que mientras el referendo exige una pregunta por cada tema, el plebiscito solo tiene una pregunta, lo que considera es «un irrespeto a la capacidad reflexiva de los colombianos».

De la misma forma, Herbin Hoyos, periodista y exsecuestrado, en FMMUNDO, criticó los acuerdos logrados, que según dijo, fueron imposiciones de la guerrilla y aceptados por el Gobierno. “Hay algo que no es aceptable y es que se haya negado los secuestrados. Es inadmisible que después de 4 años no hubo un secuestrado libre después de la negociación”, señaló. Para el también Director del programa “Voces del secuestro” el Gobierno hizo concesiones humanitarias pero no pidió nada a cambio. La incógnita, dijo, es que va a suceder con los secuestrados. Hoyos dijo estar de acuerdo con la paz pero no con la forma en la cual se llegó a ella. “Las cosas no se están haciendo bien. Todos queremos la paz pero de la manera correcta y duradera” acotó.

A pesar de estas críticas y a la espera de la decisión de los colombianos en octubre, el país cafetero vive desde el pasado lunes, entre la emoción y la prudencia, la primera semana de silencio definitivo de los fusiles de las FARC tras 52 años de conflicto armado.

Desde la medianoche del lunes rige en todo el país el alto al fuego bilateral y definitivo, ordenado conjuntamente por Santos a la fuerza pública, y por el líder de las FARC Timoleón Jiménez a sus tropas guerrilleras, al cierre de casi cuatro años de negociaciones en Cuba.