El opositor venezolano Antonio Ledezma denunció la "narcodictadura" que a su juicio sufre su país nada más llegar este sábado, 18 de noviembre del 2017, a Madrid, donde recibió el compromiso del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, de trabajar por una solución plenamente democrática para resolver la situación política de Venezuela.

EFE

Esa solución, según fuentes del Ejecutivo español, ha de pasar necesariamente por la liberación de todos los presos «políticos» y la celebración de elecciones plenamente «democráticas» y «homologadas».

Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas, llegó este sábado a la capital de España procedente de Colombia tras huir el viernes de Venezuela, donde cumplía arresto domiciliario desde 2015 acusado de conspiración y asociación criminal, aunque aún no se había iniciado ningún juicio contra él.

«En España me siento libre», enfatizó Ledezma tras pisar suelo español y abrazar a su esposa Mitzy Capriles y a sus dos hijas, que lo aguardaban en el aeropuerto de Madrid junto a decenas de venezolanos y otras personas contrarias al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

En declaraciones a los medios, explicó que ha dejado un país «sometido con la violencia del poder», del que salió «con el alma desgarrada» porque, según dijo, «jamás» pensó que tendría que emigrar. «Voy a dedicarme a recorrer el mundo, a contribuir en el exilio a hacer una extensión de la esperanza de los venezolanos, a salir de este régimen», en alusión al gobierno de Maduro.

Ledezma denunció la «narcodictadura» que a su juicio sufre Venezuela, que «usa la violencia contra las instituciones, que ha cometido fraudes electorales, que mantiene encarcelados a disidentes políticos» y que, incluso, «amenaza» a sus familias.

El opositor venezolano también dio las gracias a Rajoy, con quien se entrevistó posteriormente, por haber apoyado la causa que él defiende y por «ser víctima» de la «catarata de disparates» de Maduro, en referencia a los comentarios críticos que el presidente venezolano manifiesta frecuentemente contra el gobernante español.

Fuente: El Comercio