Siete años después de la sentencia por el asesinato del general Jorge Gabela, solo tres de los cinco implicados guardan prisión en Guayaquil. Julio Eduardo Sánchez Salavarría, Jaime Dennys Arias Tomalá y Tony Tyron Terán Tomalá fueron declarados culpables y cumplen una pena de 25 años.

El Telégrafo

En cambio, Teófilo Omar Meléndrez fue sentenciado a 12 años y 6 meses de reclusión por complicidad, pero está en libertad con medidas sustitutivas. Máximo Segundo Torres Tutiven, señalado como encubridor, con una pena de dos años, se encontraba prófugo al momento de la sentencia.

El Décimo Tribunal de Garantías Penales del Guayas condenó a las cinco personas luego de tres días de audiencia de juzgamiento el 30 de marzo del 2012. La sentencia fue ratificada el 18 de junio de ese año por el mismo Tribunal. En ese entonces, Patricia Ochoa de Gabela, viuda del excomandante de la FAE, adelantó que seguirá un nuevo proceso para que se encuentre a los autores intelectuales del asesinato.

La mujer ha dicho que el crimen no tenía relación con la delincuencia común, sino que estaba relacionado con las denuncias sobre la compra de helicópteros Dhuv. La madrugada del 19 de diciembre del 2010 Gabela fue baleado en su residencia, en la vía Samborondón, y falleció diez días después en un hospital de Guayaquil.

¿Cómo ocurrió el ataque mortal? A las 02:00, una de sus hijas llegaba a la urbanización privada en su vehículo y al momento en que se detuvo en la garita para que un guardia le abriera la puerta se fijó que otro carro estaba detrás, pero creyó que era un vecino. Cuando iba a cerrar la puerta de su domicilio dos hombres la empujaron hacia adentro y ella gritó y llamó a su padre.

Gabela corrió a las escaleras y les decía “tranquilos”. En la casa retumbó un disparo, que luego terminó con la vida del exjefe de la FAE. Ahora, Ochoa sostiene que hubo “fraude procesal”.

Se refiere a que el fiscal del caso René Astudillo no hizo “un trabajo exhaustivo” ni las pericias necesarias para establecer la verdad sobre el asesinato de su esposo. Pero no plantea una denuncia formal sobre esa sospecha, porque en Quito está abierta otra indagación sobre la muerte de Gabela.