Hoteleros, taxistas y los dueños de los locales que funcionan al interior del aeropuerto Mariscal Lamar, de esta ciudad, son algunos de los afectados por la suspensión de las operaciones tras el percance de la semana pasada.

A estos se suman empresas o centros médicos que esperan el arribo de ejecutivos o técnicos para avanzar en la solución de algunos problemas de esas entidades. Según la Corporación Aeroportuaria de Cuenca, el jueves en horas de la noche se reanudarán las operaciones aéreas.

El capitán Roberto Yerovi, director general de Aviación Civil, indicó que se han realizado todos los procedimientos para las investigaciones con personal que llegó incluso desde los Estados Unidos.

El trabajo, expresó, ha finalizado y en los próximos días se darán a conocer los resultados. “El avión de Tame quedó liberado, es decir, ya puede ser removido del lugar del accidente”, afirmó. Ayer, con la ayuda de dos grúas y varios camiones, comenzó el retiro de la nave que se encontraba a un costado de la pista, en la cabecera norte.

En tanto, dirigentes del sector hotelero revelan que el percance redujo el arribo de turistas o empresarios hasta los sitios de alojamiento. “Nosotros trabajamos con un promedio de ocupación del 40%; pero el terremoto, la situación económica y ahora el aeropuerto bajaron la llegada de personas”, dijo Juan Pablo Vanegas, presidente de la Asociación de Hoteleros de Cuenca.

Los empresarios, enfatizó, prefieren quedarse en sus ciudades y trabajar mediante videoconferencias o con llamadas telefónicas. Otros que ven disminuidos sus ingresos son los taxistas de los exteriores del campo de aviación.

“Estamos en la desocupación”, manifestó Andrés Cantos, mientras esperaba con su vehículo. “No sabemos hasta cuándo vamos a estar así. Ahora nos toca trabajar recorriendo la ciudad para llevar algo a la casa”, agregó.

Carola Ríos, exdirectora de la Cámara de Industrias de Cuenca y ahora gerente de Solca, aseguró que el cierre temporal del aeropuerto impide el arribo de técnicos especializados en el mantenimiento de instrumentos hospitalarios. “Nos toca invertir más dinero, porque debemos contratar a personal que está en Cuenca”, remarcó.

De igual manera, las tiendas de artesanías y otras que funcionan en las instalaciones del aeródromo no tienen clientes. Unas decidieron cerrar y otras están abiertas, pero no hay quién compre.

Las únicas que se han beneficiado son las cooperativas de transporte terrestre ejecutivo que dan servicio a Guayaquil o Quito.

De acuerdo a César Quezada, usuario de esta modalidad, escasean los boletos para viajar al puerto principal. “Todos estaban llenos, me dijeron que iban a poner más vehículos para mañana. Esperemos que así pase”, puntualizó el ciudadano que llegó a Cuenca para realizar algunos trámites.

El alcalde Marcelo Cabrera dijo que la Municipalidad ha brindado todo el apoyo a la Junta Investigadora. Pidió paciencia a los usuarios hasta que se reanuden las actividades. Cabrera dispuso que la Secretaría Municipal de Obras Públicas apoye con personal y maquinaria para el retiro del avión.