Aracely Cruz V. C., de 43 años de edad, fue localizada por efectivos de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased), mientras trabajaba como mesera en un restaurante en el sector de Santa Prisca, en el centro de la Quito, tras 24 años de haber desarecido en El Carmen, provincia de Manabí.

Ministerio del Interior

Una mañana del año 1992 salió de su casa acompañada de una amiga, manifestando que iban a trabajar, sin especificar el lugar y oficio. Desde ese momento nunca más regresó, nunca llamó por teléfono o dejó algún indicio de su localización. Su familia perdió contacto y comunicación con ella.

Pese a la angustia y desesperación de sus padres, nunca pusieron la denuncia y debido a que días después su amiga fue hallada muerta, les hizo pensar que corrió la misma suerte, sin embargo nunca perdieron las esperanzas de volverla a ver con vida y de regreso en su hogar.

Andrés Mauricio S. M., familiar de la mujer, la mañana del 3 de octubre del presente año, decidió denunciar el caso a las autoridades y los agentes, con el apoyo de la Unidad de Desaparecidos de la entidad, emprendieron la búsqueda a escala nacional y en menos de 24 horas localizaron a la mujer en un local comercial de la ciudad de Quito.

En rueda de prensa, Oscar Puebla, oficial de la Dinased a cargo del caso, explicó que se verificó y contrastó todas las fuentes informativas del caso para recuperar oportunamente a la desaparecida y ventajosamente, en pocas horas se logró la recuperación y entrega de la mujer a sus familiares.

Destacó que en lo que va del año, 3.141 casos de desaparecidos han sido resueltos y 355 se encuentran en investigación, ello demuestra un 90 % de efectividad. Además, sostuvo que los factores que provocan el mayor número de desapariciones son los problemas familiares, sociales, económicos, psicológicos, por discapacidad y enfermedades.

En un emotivo encuentro con sus hermanos y familiares, Aracely V. señaló a los medios de comunicación que tenía 19 años cuando decidió salir de su casa por encontrar un trabajo que le permita mejorar su situación económica, y que no sabía cómo comunicarse con sus padres ya que vivía en una zona rural campestre alejada de la urbe y donde era casi nula la comunicación por cualquier medio posible.

Agradeció a las agentes policiales y añadió que pese a todo el tiempo de angustia y dolor provocado “Dios le ha brindado una segunda oportunidad de recuperar a su familia para nunca más separarse”.