Un área con luces led de varios colores y formas, hamacas, trepadores hechos con sogas, foquitos en el piso y hasta un mini semáforo, a lo que se suman llaves con chorros de mucha, poca o casi nada de agua, forman parte de las nuevas instalaciones inauguradas la mañana de este viernes 23 de septiembre de 2016, en el Centro Terapeútico ‘Aprendiendo a Vivir’.

Agencia Pública de Noticias Quito

Este Centro es manejado por la Fundación Reina de Quito y sus nuevas instalaciones forman parte del espacio denominado “de estimulación sensorial” que se compone de rincones para trabajar con las niñas y niños con Síndrome de Down, usuarios de este lugar. Aquí se les estimula en su vista, oídos, olfato, gusto y la parte vestibular y táctil, que tiene que ver con el movimiento y los sentidos.

A la inauguración de estas instalaciones fue invitado el Alcalde de Quito, Mauricio Rodas; la presidenta del Patronato Municipal San José, María Fernanda Pacheco y también estuvieron presentes la actual Reina de Quito, Angie Vergara y ex soberanas de la capital como Margarita Bertero, Sofía Arteta, María Teresa Donoso, entre otras.

Tras un recorrido por las instalaciones del Centro, que actualmente atiende a 150 niñas y niños, el Alcalde de Quito, Mauricio Rodas felicitó a la Fundación Reina de Quito. “He admirado el gran trabajo que aquí se realiza, lo hacen extraordinariamente bien y sin lugar a dudas este es un ejemplo donde se unen los esfuerzos del sector privado, de la sociedad civil y del Municipio de Quito, para sacar adelante grandes iniciativas como ésta. El trabajo que se realiza a favor de estos angelitos es maravilloso y marca una pauta de lo que se debe hacer en nuestra ciudad”, expresó.

Detalles del área de estimulación sensorial

Alba Viteri, coordinadora técnica de este Centro explicó que las luces led ayudan a estimular la parte visual para que los chicos puedan fijar su mirada y hacer seguimiento visual, aquello les ayuda en sus problemas y dificultades como cataratas congénitas. Asimismo para incitar la parte auditiva se instaló un retro proyector que emana imágenes de acuerdo a la proyección con sonidos de animales, elementos musicales… explica la coordinadora.

En el piso hay luces que se accionan al tocarlas, aquello permite a los pequeños estimular la parte causa-efecto. “Con todo esto las niñas y niños se maravillan y para ellos es increíble este aprendizaje”.

Forman parte de estas instalaciones varias hamacas y trepadores elaborados con sogas. En el caso de las hamacas sirven para el área postural y vestibular de movimiento para trepar, mejorar la coordinación, el equilibrio, balancearse, etc.

En los exteriores están otros implementos para el aprendizaje significativo y para que a través del tacto los pequeños puedan saber analizar ciertas cosas. Para esto hay grifos con mayor y menor capacidad de agua. Asimismo texturas colocadas en la pared, para controlar la parte que más tienen hiperactivada.

Más datos del Centro Aprendiendo a Vivir

Este centro es manejado por la Fundación Reina de Quito desde hace 18 años atrás.

En este lugar se trabaja con las niñas y niños con Síndrome de Down desde los cero meses de edad, hasta 6 años, es decir el área de atención temprana para incluirlos hacia la escuela formal. “Entran desde bebitos y salen a los 6 años a la inclusión”.

Actualmente se atiende a 150 niños con los cuales se trabaja en diferentes horarios de acuerdo a su nivel de desarrollo. Con estos pequeñitos no se toma en cuenta su edad cronológica porque es muy diferente su edad de desarrollo.

El trabajo es en las áreas de terapia física, control de cabeza, tronco, arrastre, gateo… También reciben estimulación de lenguaje comprensivo y expresivo.

Aquí laboran 10 terapeutas físicos, de lenguaje, psicólogos educativos, clínicos, ocupacionales, trabajadora social, etc.

La recomendación para el ingreso a este centro es especialmente en los primeros meses de vida, a fin que entren al proceso desde bebitos hasta su inclusión escolar.

Durante estos 18 años de funcionamiento ha ido evolucionando. Empezó con la atención de 12 niños y ha avanzado a paso lento, pero seguro, por cuanto se ha especializado en la atención a niñas y niños exclusivamente con Síndrome de Down que ha permitido desarrollar técnicas específicas. Incluso han llegado pequeñitos desde varias provincias del país.