Un sismo de magnitud 7,1 en la escala Richter sacudió el viernes por la noche el sur de California, que sigue a la sacudida de 6,4 grados del jueves y que juntos suponen dos de los movimientos telúricos más importantes en las últimas décadas.

sismo california
Sismo en California/ Twitter

Las autoridades californianas aseguraron que ninguno de estos dos temblores, ni los centenares de réplicas de mayor o menor gravedad que les han acompañado, ha dejado víctimas.

El epicentro del temblor del viernes se registró en los alrededores de Ridgecrest, una ciudad de unos 29.000 habitantes situada a 250 kilómetros al norte de Los Ángeles y que ya fue el punto de origen del conocido como «terremoto del 4 de julio», ya que ese sismo coincidió con el Día de la Independencia de EE.UU.

La intensidad del nuevo temblor, que se registró a las 20.19 hora local (03.19 del sábado GMT), hizo que millones de personas lo pudieran sentir de manera notable en ciudades como Los Ángeles o Las Vegas.

Los daños materiales más relevantes se registraron en Ridgecrest y sus alrededores, aunque, por fortuna, el epicentro de estos temblores se ha dado en una zona rural y poco poblada de California.

No obstante, el sismo provocó en el área de Ridgecrest, que todavía estaba conmocionada y atemorizada por el seísmo del jueves, varios incendios en edificios, desprendimientos de rocas sobre las carreteras, cortes de luz eléctrica, fugas de gas y agua, y problemas en las telecomunicaciones.

«Estamos haciendo inspecciones casa por casa e inspecciones de edificios. Notamos que hay daños, pero no sabemos el alcance todavía», dijo hoy en una rueda de prensa el jefe de los bomberos del condado de Kern, David Witt.

«Nadie quedó atrapado y no hubo grandes derrumbes que nosotros sepamos, pero lo estamos inspeccionando», añadió.

Por su parte, el gobernador californiano, Gavin Newsom, detalló hoy en un comunicado que ha pedido al presidente de EE.UU., Donald Trump, que declare el estado de emergencia para que la ayuda federal pueda llegar con más rapidez y eficiencia a las zonas afectadas por los sismos.

Los expertos ya habían adelantado tras el «terremoto del 4 de julio» que era probable que hubiera réplicas de la misma magnitud o incluso temblores más fuertes.

«¿Saben cuando decimos que hay una posibilidad entre 20 de que a un terremoto le siga algo más potente? Esta es esa vez», afirmó en Twitter la sismóloga Lucy Jones, que trabaja para el Instituto Tecnológico de California (Caltech) y es una eminencia en el estudio de temblores.

«Estimamos que hay en torno a una entre diez posibilidades de que Searles Valley (la zona del epicentro) vea otro terremoto de magnitud 7. Eso es una probabilidad de nueve entre diez de que el de esta noche fuera el más grande», añadió con un punto de ironía esta sismóloga que es conocida por su estilo desenfadado.

El temblor se sintió con menor intensidad en ciudades como Las Vegas, donde, no obstante, se suspendieron varios partidos de la Liga de Verano de la NBA.

En cambio, el partido de béisbol en Los Ángeles entre los Dodgers de Los Ángeles y los Padres de San Diego no se interrumpió pese al sismo y el organista Dieter Ruehle, que ameniza en directo los partidos en el Dodger Stadium, improvisó instantes después del temblor la canción de Carole King «I Feel the Earth Move» («Siento que la Tierra se mueve»).

Tras varios años de «sequía» de sismos y ausencia de temblores de importancia en California, esta serie de movimientos telúricos es uno de las peores que ha visto en las últimas décadas este estado que tiene una elevada actividad sísmica y que está atravesado, entre otras, por la falla de San Andrés.

Ninguno de los temblores registrados estos días ha estado relacionado con la falla de San Andrés.

El sismo más trágico de la historia reciente y que todavía permanece en la memoria de muchos californianos fue el de 1994 en Northridge, de 6,7 grados y en la zona metropolitana de Los Ángeles, que dejó 57 muertos, miles de heridos y numerosos daños materiales.

Las autoridades y expertos en sismos llevan mucho tiempo alertando sobre el «Big One», que es como se conoce a un hipotético y posible gran terremoto que se originaría en la falla de San Andrés y que podría tener gravísimas consecuencias en California.

Fuente: EFE, aliado estratégico de FM MUNDO