Quito aún vive una primera oleada de casos de covid-19, en la que se han registrado varios picos. Hubo días en los que el número de diagnósticos subió considerablemente y otros en los que se redujo.

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Imagen referencial -Crédito: Shutterstock

Quito aún vive una primera oleada de casos de covid-19, en la que se han registrado varios picos. Hubo días en los que el número de diagnósticos subió considerablemente y otros en los que se redujo.

En este mes la cifra más alta de contagios nuevos -según el inicio de síntomas, como muestran datos oficiales– se registró el sábado 11 de julio del 2020, con 497 casos.

Mientras que la más baja fue ayer, 13 de julio, con siete. La capital concentra la mayor cantidad de infectados en Pichincha, que ya suma 10 681.

Es el 17,95% del total en el país, luego de cuatro meses y medio de pandemia. Pero de los ocho cantones que conforman la provincia, en Quito se encuentra el 90,6% de los infectados, es el segundo cantón con más contagios luego de Guayaquil.

Desde el 3 de junio pasado, cuando la urbe pasó a semáforo amarillo, hasta ayer, 13 de julio, los contagios han crecido 152%.

Mientras que a nivel provincial la escalada ha sido de 156,4%, en el mismo período. Si esas cifras se comparan con Guayas y específicamente con el Puerto Principal, se ve que el aumento de casos en Pichincha como en Quito tuvo hasta junio un ritmo más lento.

Los datos muestran que a fines de abril y principios de mayo pasados, Guayas ya había alcanzado el mismo número de casos que ahora registra Pichincha y representaba el 62% de las infecciones del país.

Aunque se debe tomar en cuenta que desde el 27 de abril, el Ministerio de Salud Pública (MSP) solo presenta los casos confirmados con pruebas PCR de las provincias y cantones.

Esto hizo que el peso que tenía cada localidad bajara. Pero Guayas sigue liderando la estadística y la desaceleración de casos se ha dado en el último mes de junio y julio hasta caer al 27,7% de los infectados.

Antes del cambio de semáforo a amarillo, que se dio el 3 de junio, el crecimiento fue lento, con varios picos. Lamentablemente -dice la epidemióloga Andrea Gómez- la curva epidémica, que es la forma en la que se presentan los casos activos (individuos con el virus), ha aumentado con velocidad.

Eso implica mayor número de positivos, entre leves y graves, y por tanto más requerimientos de atención hospitalaria. “El pico es la parte más elevada de la curva epidémica, hay un aumento hasta un punto y luego hay un descenso”. Mientras tanto, los servicios en unidades médicas permanecen en sus niveles máximos.

Fuente: El Comercio – Nota Original : LINK