El Gobierno de Venezuela anunció la liberación del estadounidense Joshua Holt y su mujer Thamara, presos desde hace cerca de dos años, "en aras del diálogo" con EE.UU. y como muestra de que los anuncios del reelegido presidente Nicolás Maduro de conversar con todos los sectores van en serio.

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Tras su victoria en los cuestionados comicios del domingo pasado, Maduro aseguró al juramentarse esta semana ante la plenipotenciaria y chavista Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que uno de los seis ejes de su mandato para el periodo 2019-2025 será el del diálogo con todos los sectores e ideales políticos.

«En efecto el poder judicial dio el correspondiente beneficio de libertad plena a estos dos ciudadanos que a esta hora ya se encuentran volando hacia los EE.UU.», anunció el ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, en una breve declaración transmitida por el canal estatal VTV.

Poco después comenzaron a circular fotografías de la familia Holt en el aeropuerto de Caracas e incluso de un vídeo en el que se ve al nacido en Utah acompañado del senador republicano Bob Corker, quien se estuvo reuniendo con Maduro en Caracas tratando su caso.

Las palabras de Rodríguez reconfirmaron la información tuiteada más temprano por el presidente de EE.UU., Donald Trump, sobre la liberación de su compatriota, y quien ha sido calificado por altos cargos del chavismo como «espía».

El nacido en Utah viajó a Venezuela en junio de 2016 para casarse con la venezolana Thamara y fue detenido dos semanas después de su boda tras una redada en la que las autoridades dijeron haber encontrado rifles y munición, una granada y mapas detallados de Caracas.

Desde entonces estuvo recluido en la sede de los Servicios Bolivarianos de Inteligencia, donde la semana pasada hubo un motín que activó de nuevo las reclamaciones por parte de funcionarios estadounidenses en Caracas. Según las autoridades estadounidenses Holt estaba encarcelado pese a no tener cargos formales en su contra.

La liberación se produjo, dijo Rodríguez, «en aras de la paz, de la reconciliación nacional y también en el objeto de continuar (…) todos los esfuerzos para mantener un diálogo respetuoso, unas relaciones diplomáticas de respeto».

EE.UU. y Venezuela viven desde la victoria de la revolución bolivariana en 1999 una relación de amor-odio que pasa en las últimas fechas por una de sus peores etapas, al no reconocer Washington la victoria oficialista en unos comicios que tilda de «fraudulentos».

Fuente: El Telégrafo