En la tarde de ayer, cerca de 2.000 personas se concentraron en la Plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico, para participar de la movilización. Entre los asistentes estuvieron familiares de mujeres asesinadas.

CNN

Entre los asistentes estuvieron familiares de mujeres asesinadas. Juan Carlos Moromenacho llegó a la plaza con su madre, sobrina y varias primas.

En agosto de 2017, su hermana menor, Paola, de 47 años, fue hallada muerta. El responsable del crimen es su expareja, quien está detenido a la espera del juicio, indicó. Moromenacho portó una gigantografía con la imagen de su hermana. Junto a ese cartel, otros, con los rostros de varias víctimas, ocuparon el primer bloque de la marcha.

La movilización se compuso de siete bloques: en el primero también participó la Asociación de Familiares de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec). Su vocero señaló que entre 2015 y 2017 se han reportado 4.300 denuncias de desapariciones a escala nacional.

De esa cifra, el 67% de víctimas es mujer. En el segundo bloque participaron madres y padres de familia que se manifestaron en contra del abuso sexual infantil. Ahí Gladys Peralta, tía de uno de los menores que ha sufrido abuso sexual en una escuela del norte de la capital, comentó que estos espacios ayudan a que los familiares conozcan otros casos y tengan asesoría sobre cómo manejarlos.

Lorena Armijos, madre y psicóloga, asistió a la concentración con sus dos hijos de 14 y 8 años. Para ella es necesario que los niños y adolescentes conozcan la realidad en la que viven y se sensibilicen sobre la violencia que se vive en el país.

Armijos señaló que romper los círculos de la violencia significa mirar la problemática de manera integral, de ahí que convoque a los diversos actores estatales, de la sociedad civil, empresas, espacios educativos y familias a sensibilizarse sobre la violencia contra las mujeres y contribuir a la construcción de nuevos espacios de convivencia social.

Las organizaciones feministas y los colectivos de gays, lesbianas, bisexuales y trans (GLBTI) también fueron parte de la marcha.

Ellos ocuparon los bloques tres y cuatro. Una de las exigencias de los grupos feministas fue el acceso a un aborto seguro. Carla Hidalgo portó una pequeña trompeta. La universitaria, de 23 años, reflexionó sobre los casos de violación que terminan en aborto.

“No es posible que el Estado te obligue a tener un hijo producto de una terrible agresión”. Aunque el país no cuenta con datos oficiales sobre cuántas mujeres abortan, la joven da una cifra a escala mundial.

Asegura que 47.000 mujeres mueren cada año por abortos inseguros. A esto se suma los casos de las féminas que enfrentan un trámite legal por abortar.

Precisamente, en días pasados José Serrano, presidente de la Asamblea Nacional, anunció un requerimiento para pedir el indulto de 184 mujeres procesadas por abortar en el país.

La marcha concluyó en el parque El Arbolito con un juicio simbólico contra el Estado por los casos de femicidios.

Fuente: El Telégrafo