Cuarón no estuvo presente en la gala, pero mandó un agradecimiento por el premio a toda la comunidad fílmica española que siempre lo ha apoyado mucho, como señalaron los productores.
La historia de la infancia de Cuarón en Ciudad de México, rodada en blanco y negro, con una mayoría de actores debutantes y que mezcla el español y el mixteco, se lleva el tercer Goya para México tras los conseguidos por «Lo que importa es vivir» (1987), de Luis Alcoriza, y «El callejón de los milagros» (1995), de Jorge Fons.