Antes de iniciar una reunión con sus ministros, Correa dijo que es «imposible» negar el cambio pese a la «mezquindad de la política ecuatoriana».
«Y seguiremos construyendo. Hemos aprovechado muy bien los vientos a favor, la mar en calma. Ahora los vientos están un poco más encontrados, la mar un poco más agitada, quieren acobardar al pueblo ecuatoriano, nos quieren aturdir y nos quieren confundir, pero así también se forman las naciones y se forjan, saldremos adelante», puntualizó, según el portal oficial El Ciudadano.
Ésta es «la Revolución de la alegría, por eso, dejemos la amargura a quienes no nos pueden vencer en las urnas», dijo Correa, quien celebrará este sábado, con una concentración en la ciudad costera de Guayaquil, el noveno aniversario de su Gobierno.
Correa, quien dejará el poder en 2017, añadió que los últimos meses de Gobierno tiene en la agenda de sus principales tareas acelerar a fondo para terminar las obras estructurales que el país necesita.
Mencionó, además, la necesidad de «garantizar la continuación de este proyecto, con una nueva y esplendorosa victoria electoral en enero de 2017», indicó El Ciudadano.
Aunque una reciente modificación a la Constitución permite la reelección indefinida de cargos de elección popular, también incluyó una disposición transitoria que impide postular en 2017 a quienes han ejercido el cargo por dos períodos consecutivos, como es el caso de Correa.
El gobernante, líder del movimiento oficialista Alianza País, ha mencionado a su exvicepresidente Lenín Moreno, a su actual segundo gobernante, Jorge Glas, al canciller, Ricardo Patiño, y al ministro del Interior, José Serrano, entre otros, como eventuales sucesores.
El canciller Patiño señaló hoy en Radio Pública que el momento más complejo para el Gobierno hasta ahora ha sido el 30 de septiembre de 2010, cuando una protesta policial por asuntos salariales derivó en un levantamiento que el Ejecutivo interpretó como un intento de golpe de Estado.
Al evaluar los nueve años del actual gobierno, Alberto Acosta, expresidente de la Asamblea Constituyente, instalada en la ciudad de Montecristi, que modificó la Constitución en 2008, dijo al diario El Comercio, que se trata de «como una (casi) década desperdiciada».
«Ningún gobernante ha estado tanto tiempo en funciones y ninguno ha tenido tantos ingresos en la historia republicana. Lamentablemente, Correa no estuvo a la altura del reto que le planteó la historia», opinó Acosta, que se alejó del Gobierno hace varios años.
Apuntó que «a la luz de los resultados, sin negar los avances sobre todo en obra pública, resulta frustrante revisar lo realizado en comparación con lo que sintetizaba el Plan de Gobierno de Alianza País, elaborado en el 2006, y plasmado en la Constitución de Montecristi».