A partir de un simple análisis de sangre, los investigadores de la Duke University Medical Center (Carolina del Norte, EE.UU.) demostraron poder determinar el origen de la infección respiratoria.
Gracias a este procedimiento, los científicos estadounidenses pudieron señalar con precisión si la infección se debe al virus de la gripe, al rinovirus (que causa el resfriado común), a bacterias de estreptococos (causantes de amigdalitis, meningitis o neumonía) o a otras infecciones comunes.
El beneficio inmediato de este avance científico es que se evitará la sobredosis o la toma innecesaria de antibióticos, que no curan las infecciones víricas.
«Alrededor de tres cuartas partes de los pacientes acaban tomando antibióticos para tratarse infecciones bacterianas, a pesar de que la mayoría tiene infecciones víricas», explicó el doctor Ephraim L. Tsalik, que lideró el estudio.
La infección respiratoria es una de las razones más comunes por las cuales la gente va al médico, por lo que ya se tenía gran cantidad de información sobre las diferentes patologías, y sin embargo aún no existía «una manera eficiente o de mucha precisión» para distinguirlas, según Tsalik.
«Existen riesgos en el uso excesivo de antibióticos, tanto para el paciente como para la salud pública», alertó el científico.
El método desarrollado fue exitoso en el 87 % de los casos, con una muestra de 300 pacientes, un porcentaje suficientemente elevado con el que los investigadores consideran que están «un peldaño más cerca de desarrollar un análisis de sangre rápido que se pueda usar en las clínicas», según la publicación.
Con la sangre extraída de los pacientes, los expertos en enfermedades genéticas de Duke desarrollaron lo que denominan «firma genética», unos patrones que reflejan qué genes están activados y cuáles no, lo que indica si el cuerpo está luchando contra una infección vírica o bacteriana.
Esta técnica es «mucho más precisa que otros test que se centran en la presencia de determinados microbios», aseguran los investigadores, que buscan las alteraciones en más de 25.000 genes en su estudio.
En el estadio actual de desarrollo del test, los resultados se obtienen 10 horas después de la extracción de sangre, por lo que ahora los científicos de Carolina del Norte se dedican a reducir el tiempo de espera a 60 minutos.