La recuperación de la institucionalidad de Ecuador y de la administración pública son los factores que 2 analistas hacen del gobierno de Rafael Correa, que llegó a su noveno aniversario con una calificación promedio positiva.
Así lo demuestra una encuesta efectuada por la firma Perfiles de Opinión, entre el 9 y 10 de enero último. En el sondeo, más del 70% de la ciudadanía consultada califica de positiva la labor del Gobierno durante este tiempo.
Respecto a la gestión del presidente Rafael Correa, la misma firma revela que la ciudadanía le otorga una calificación superior al 60%, en tanto que la Asamblea Nacional obtuvo un porcentaje de aprobación del 50%.
Para Paulina Recalde, directora de la firma Perfiles de Opinión, uno de los elementos fundamentales de los 9 años de gobierno es la recuperación de la institucionalidad en el país. “Hay un reconocimiento de la población de que hay Estado, de que el Estado hace cosas por mí, que puede resolver; hay un antes y un después”, expresó a un canal de televisión.
Esta recuperación también se traslada a otra institución como la Asamblea Nacional, pese a los cuestionamientos. Antes del gobierno de Rafael Correa el Poder Legislativo lograba una aprobación no más allá del 6% u 8%, pero ahora esta aceptación supera el 50%. “Esto es la recuperación de la institucionalidad”, explica Recalde.
Por su parte, el analista Javier Flores destaca el manejo administrativo de lo público. Recuerda que un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre América Latina señalaba que antes, “Ecuador era el hazmerreír de la región en cuanto a políticas públicas, parece que nos complotábamos para hacer todo mal”.
Ahora, añade, esa realidad de mala administración pública ha sido superada con la introducción de mecanismos e indicadores que la han mejorado, aunque advierte que ha habido un orden más vertical, por lo que es necesario generar espacios para una construcción participativa.
No obstante, ambos coinciden en que estos 9 años también han determinado un desgaste.
Para Recalde, hubo 3 momentos: el constituyente, en que el ritmo fue acelerado y vertiginoso, el discurso político era nítido y estaba claro quiénes eran los personajes antagónicos al Gobierno; el segundo momento fue la reelección en 2013, donde la Revolución Ciudadana se afianzó y penetró espacios, sumado al hecho de la figura fuerte del presidente Rafael Correa y la posibilidad de endoso de votos.
El tercer momento es la herencia del 23 de febrero, cuando se reveló que PAIS mostró debilidades en lo local; a esto se sumó que la oposición empieza a trabajar articuladamente “(el alcalde de Guayaquil Jaime) Nebot sale de su trinchera; se juntó el problema económico externo y el resurgimiento de movilizaciones”.
El desafío ahora, según Flores, es que la Revolución Ciudadana trabaje para captar el voto joven, ese conglomerado que no conoce otro pasado que Rafael Correa. “Hay una gran apuesta por capturar lo ambiental y lo urbano; más que la macroeconomía, lo cercano y cotidiano es lo que llama la atención de estos actores que no tienen una formación política profunda, porque recién están creciendo y, para captarlos, hay que pensar en estrategias distintas al discurso confrontativo.