«Entre el 1 y el 5 de febrero se planeaba un vuelo de observación de un An-30b con un grupo de observadores (rusos) sobre el territorio de Turquía», afirmó Serguéi Rizhkov, jefe del departamento de control del cumplimiento de acuerdos del Ministerio de Defensa.
La ruta de inspección incluía «las zonas limítrofes con la frontera siria y los aeródromos donde se encuentra concentrada la aviación de los países de la OTAN», según informan medios locales.
«Sin embargo, después de la llegada de la misión rusa a Turquía y del anuncio del itinerario del vuelo de observación, los militares turcos se negaron a autorizarlo, aludiendo órdenes del Ministerio de Exteriores», añadió el militar ruso.
Rizhkov considera que, «como resultado de la violación de las obligaciones del tratado y las acciones no constructivas por parte de Turquía, se ha creado un peligroso precedente sobre las incontroladas actividades militares de uno de los países signatarios».
«No tenemos intención de ignorar y dejar sin la debida reacción la violación del Tratado de Cielos Abiertos por parte de Turquía», agregó.
Rusia ya pidió esta semana a la OTAN y al Pentágono explicaciones por los recientes ataques de artillería contra localidades sirias por parte de guardias fronterizos turcos, y presentó vídeos con imágenes para corroborar sus denuncias.
Mientras, Turquía citó el viernes pasado al embajador ruso en Ankara después de denunciar la violación de su espacio aéreo en la frontera con Siria por un cazabombardero ruso Su-34, lo que fue desmentido categóricamente por el Ministerio de Defensa de Rusia.
Las relaciones entre Moscú y Ankara están congeladas desde que un caza turco derribara en noviembre pasado en la frontera con Siria un bombardero ruso Su-24 -que según Turquía violó su espacio aéreo-, y uno de sus pilotos fuera abatido por un grupo de guerrilleros turcomanos cuando descendía en paracaídas en suelo sirio.
El presidente ruso, Vladímir Putin, acusó a Turquía de derribar el avión para proteger las vías de suministro del petróleo que el grupo yihadista Estado Islámico extrae en los territorios bajo su control en Siria e Irak, lo que ha sido negado rotundamente por Ankara.