Lo hicieron con una presión incansable sobre el mariscal de campo estelar de los Panthers de Carolina, Cam Newton, que al final se tuvo que rendir ante el castigo recibido por un hombre en especial, el apoyador externo Von Miller, que fue nombrado Jugador Más Valioso (MVP) del partido.
El veterano pasador Peyton Manning no brilló en el juego individual ofensivo, pero hizo lo que le pidieron, que no cometiese errores graves, y aunque permitió un fumble y una interceptación, su defensa siempre lo compensó.
Los Broncos ganaron el tercer campeonato de su historia, el primero desde que se retiró el legendario John Elway, ahora gerente general y vicepresidente del equipo.
Es probable que su ejemplo le sirva también a Manning cuando después de consultar con su familia considere que ha llegado la hora del adiós definitivo y hacerlo por la puerta grande tras haber conseguido su segundo anillo de Super Bowl.
Los Panthers fallaron con la mejor arma que los había convertido en el equipo líder de la liga, el ataque demoledor dirigido por Newton, que se encontró con una defensa de verdad y sufrió hasta tener su peor actuación como profesional.
Newton fue la otra cara de la moneda. La temporada del Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) acabó de manera decepcionante para los Panthers (17-2).
Todo le salió mal: perdió dos balones, le interceptaron un paso y no pudo conseguir un touchdown por primera vez en la temporada, además los Panthers recibieron la misma medicina que ellos palicaron a sus rivales en la liga como fue provocar errores y tomar ventaja del rival temprano en el partido.
De hecho fueron ellos los que cometieron las pérdidas de balón, ante una demostración defensiva de principio a fin, sin que además tuviesen capacidad de reacción en la lucha por conseguir lo que hubiese sido su primer título de Super Bowl.
Mientras que Miller tuvo otra extraordinaria actuación defensiva sobre el quarterback enemigo y su compañero, el veterano DeMarcus Ware, a sus 33 años, 11 de profesional, recordó al jugador que el exentrenador de los Cowboys de Dallas, Bill Parcells, seleccionó en la primera ronda del sorteo universitario del 2005.
Pero el mejor de los Broncos sin duda fue el coordinador defensivo Wade Phillips, otro exentrenador en jefe de los Cowboys, quien pareció montar un plan defensivo maestro, como el que hizo frente a Tom Brady y los Patriots de Nueva Inglaterra en el partido por el título de la Conferencia Americana (AFC)
Wade demostró que sabe descubrir mejor que nadie las debilidades de los mariscales estelares y en el Super Bowl 50 a Newton se las dejó al descubierto y las explotó al máximo.
«Todo el equipo defensivo hizo una partido excepcional, brillante en su ejecución sin tregua para nadie», destacó Phillips, que al final vio compensado su sueño de alcanzar un título de Super Bowl después de haber estado tres veces antes a las puertas de alcanzarlo.
El partido, disputado ante más de 75 espectadores que llenaron las gradas del Levi’s Stadium, de Santa Clara, con una organización perfecta y un sistema de seguridad impecable, tuvo su momento clave cuando los Broncos presionaron por todos lados del campo en la línea de golpeo y atrás la secundaria aguantó por varios minutos la cobertura personal.
Pero Newton fue capturado en seis, ocasiones incluidas cuatro en la primera mitad y los Panthers regalaron cuatro balones, tres fumbles y una interceptación que eso en el fútbol americano son palabras mayores a la hora de querer ganar un partido.
Además, los Panthers también fallaron gol de campo de 54 yardas en su primera serie ofensiva de la segunda parte por mediación del pateador Graham Gano y en la segunda serie Newton fue interceptado por segunda vez cuando ya amenazaban la zona final del rival.
Otro aspecto favorable a los Broncos que las jugadas de largo recorrido más importantes cayeron de su lado, incluyeron no sólo los balones sueltos provocados o las capturas; también equipos especiales, como el regreso del receptor abierto Jordan Norwood de 64 yardas, récord de Super Bowl.
Ante tanto acierto, la desaparición de Manning ante la presión de la defensa de los Panthers no preocupó a los Broncos porque esa era la estrategia.
Después de la primera serie ofensiva en la que movieron el balón 64 yardas, en las siguientes cuatro series, seis yardas negativas y la primera mitad dejó 117 yardas totales para los Broncos.
Sólo 53 después de la serie inaugural del partido y al final, en la parte complementaria pocas veces fue factor e incluso pareció tomar decisiones equivocadas, lo que hizo que la figura de Manning no existiese.
De ahí que ya muy pocos piensan que Manning tenga continuidad con los Broncos como mariscal de campo titular y esperarán a que tome una decisión sobre su retirada de al NFL.
Mientras los Broncos tendrán el dilema si al final decide que quiere seguir con ellos una temporada mas que aun le queda de contrato millonario.
Los nuevos campeones del Super Bowl necesitarán espacio en el tope salarial porque Miller se convierte en agente libre y por nada del mundo querrán perderlo.
No tendrán ese dilema los Panthers, que a pesar de la derrota bajo la dirección del entrenador en jefe latino Ron Rivera, se trata de un equipo joven y sólo requiere negociar contrato con algunos estrellas, en especial el esquinero Josh Norman, que será agente libre en marzo, y su mayor problema será superar la amarga derrota sufrida en un partido al que llegaban como claros favoritos.